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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Dicen que al buen entendedor, pocas palabras, y ese parece ser el caso del gobernador Juan Manuel Carreras López, quien respecto a sus ex compañeros de la Conago, dijo: «Sólo quieren fijar su agenda».
Si bien el mandatario potosino fue halagado por los 10 mandatarios que integran la Alianza Federalista, cuando decidieron renunciar a la Conferencia Nacional de Gobernadores que Carreras preside, y dijeron que era «amigo», ayer el jaliscience Enrique Alfaro Ramírez tácitamente dijo que no tiene dignidad para alzar la voz y prefiere seguir agachado.
Bueno, no dijo directamente que Carreras, sino se refirió de esa manera a los 22 gobernadores que siguen en la Conago, pero para el caso es lo mismo.
Lo que no sabe o no quiere entender Alfaro, es que Carreras no tiene por qué pelearse con el presidente Andrés Manuel López Obrador en las postrimerías de su mandato, y menos si como dijo el propio Carreras, son los intereses de esos 10, los que pretenden prevalezcan en los acuerdos para todos los estados.
La renuencia del magistrado Juan Ramiro Robledo Ruiz, para no hablar acerca de sus aspiraciones para la candidatura a la gubernatura por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no es gratuita y aplica el dicho: El que calla, otorga.
Quizá se deba a que Robledo es un viejo lobo de mar en la política y estaba esperando los resultados de la selección de la dirigencia nacional de este partido, pues su apuesta era Porfirio Muñoz Ledo, quien apoya al político potosino, a quien conoce desde hace mucho tiempo y es como su padrino político.
El grupo de Los Macabeos a los que pertenece Robledo Ruiz ya se reagrupó y está listo para apoyar a su alfil, incluso -dicen- hicieron a un lado al actual director de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Raúl Camacho Muñoz, para evitar malos entendidos.
Pero, nada está dicho y menos escrito; por ejemplo, que el actual presidente del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa y los demás aspirantes -Gabino Morales, Adrián Esper, Toño Lorca, Leonel Serrato y los que se sumen-, tengan que someterse al rigor de las encuestas, donde las aspiraciones entrarán a arenas movedizas y si no lo que creen, que Muñoz Ledo diga.
Y a todo esto, ¿renuncia o no renuncia el secretario general de Gobierno, Alejandro Leal Tovías -con la anuencia de JMCL-, para convertirse en su coordinador de campaña? Luego entonces en qué quedamos, ¿hay Primor?
El que se erigió como paladín de la justicia, es el fiscal Federico Garza Herrera, quien inclusive tuvo la puntada de publicitarse en Facebook para que se viera más su mensaje, cuando era más sencillo difundir un boletín.
Pero no, usando recursos públicos -difícilmente salieron de su bolsa- y a través de una tercera persona, Garza afirma que están trabajando en la FGE para que haya un proceso electoral con equilibrio y legalidad.
Y no estaría mal que el funcionario hiciera tal advertencia si tuviera las demás carpetas de investigación en orden, pero no es así.
Hoy, por ejemplo, el feminicidio de Karla Pontigo cumple ocho años y la Corte sigue esperando que investigue el caso como feminicidio; los atracos al fraccionamiento La Loma están sin resolverse y de los casi 600 muertos del año, seguro que es mínimo el porcentaje de autores capturados, por citar tres casos.
Pero hay uno muy emblemático que es un verdadero monumento a la impunidad: la torre de carpetas de investigación sin resolver contra Ricardo Gallardo Juárez, un caso penal de la administración pública que tiene impacto electoral y que puede servir de acicate para someter a los Gallardo.
A lo mejor al Fiscal le ayudaría encomendarse a San Judas Tadeo, el santo de las causas difíciles, hoy en su día, antes de andar presumiendo lo que no ha hecho.