Ironía
Ahora que comenzaron los cambios en el gobierno de AMLO, con la salida de Germán Martínez del IMSS, sería bueno saber si por fin tiene contemplado incorporar a su equipo a verdaderos cuadros de apoyo.
Hasta el momento no se entiende cómo la doctora Loretta Ortiz pasó de ser su candidata a la Corte a exmorenista o que el esposo de ella, José Agustín Ortiz Pinchetti fuera su gallo para la Secretaría del Trabajo y al final el tabasqueño dijera que siempre no y lo mandara como fiscal electoral de la FGR.
Cosas de la política, dirán algunos.
El caso es que Loretta Ortiz vino invitada por la UASLP para hablar de diversos temas y dejó la buena impresión de tener soluciones para problemas tan complejos como la migración, sin control por parte del Gobierno de México.
Eso sí, sin preguntas incómodas de los universitarios, mediante una “atenta” invitación.
El fiscal general Federico Garza Herrera estaba que ayer que no lo calentaba ni el sol y eso que hemos tenido bastante.
“Les pido que sean tan amables de respetarme. No quiero hablar sobre el tema, por favor omítanlo conmigo”, señaló a reporteros.
Y es que todo se le juntó: la sentencia de 32 años a Cayeyo por matar a su yerno, el desplegado donde su compadre le reprocha presunta parcialidad en el juicio y que hoy comparecerá ante el Congreso.
A él sí le llueve… pero en su milpita.
El municipio de Tampamolón es un polvorín, al que no todas las autoridades le han puesto la suficiente atención.
El problema de ayer es grave: que el alcalde surgido de Panal, Isidro Mejía haya tomado las oficinas de Morena con su gente y amenazado de muerte a su representante, Pablo Martel.
De ser cierto, claro.
Martel es el mismo que llevó a esas tierras huastecas al fundador de las autodefensas de Michoacán, José Manuel Mireles, para conformar las suyas.
El presidente municipal niega que haya tales grupos en la demarcación, pero Martel no ha cedido en este empeño ni tampoco en las acusaciones en su contra.
Difícil situación política en Tampamolón.