Llegará Estado de silencio a Netflix este jueves
La sentencia contra Eduardo Hernández Jannet, hallado culpable por el asesinato de Eugenio Castañón Elizondo, puede interpretarse como el golpe de timón que necesitaba el fiscal general Federico Garza Herrera, para conseguir mayor credibilidad al trabajo de procuración de justicia en la entidad.
Al mismo tiempo, es un arma de doble filo, porque la exigencia de resultados similares al ocurrido anoche en contra de su ahijado que le quitó la vida al novio de su hija, será mayor.
Las últimas semanas fueron de tremendo desgaste para el funcionario, pero ahora que mostró tener equipos forenses, peritos y fiscales capaces de resolver un intrincado asesinato, lo deseable es que haga lo mismo con los miles que están pendientes.
Es lo justo.
Si alguien ha visto al “superdelegado” Gabino Morales Mendoza, avísenle que San Luis Potosí está incendiado.
Y es que a un mes de los siniestros, el funcionario federal que representa al presidente Andrés Manuel López Obrador en la entidad, lo único más fuerte que hizo fue decir que son “benéficos”.
¡Qué quemón!
Por eso es que los gobernadores, aunque en un principio estaban molestos por esta figura que les hacía sombra, no deberían estar tan preocupados, al menos no en el caso de Gabino, cuyo capital político se hace humo.
Cubetas, vasos y jarras, entre otros artículos igual de costosos, fueron los flamantes regalos del 10 de mayo en varios municipios huastecos.
Y lo peor, es que las festejadas tuvieron que posar para la foto con esos plásticos.
“Pobres señoras, pagaron más de transporte desde sus comunidades para llegar al festejo en las cabeceras municipales que lo obtenido en la rifa”, se oyó decir.
Para colmo, las cubetas no servirán de mucho en comunidades de San Antonio y Tanlajás donde ni agua tienen.
Una burla.