
Los niños que fuimos
Tal parece que el rector de la UASLP, Manuel Fermín Villar Rubio, se fajó y dio de baja a dos de los profesores que fueron señalados por estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación como presuntos acosadores.
Y es que en los últimos meses, la máxima casa de estudios potosina destacó por estos escándalos y Villar había dejado correr las cosas, lo que hizo pensar a la comunidad universitaria si valió la pena su reelección en 2006.
Sin embargo, los susodichos profesores ya no fueron vistos en el regreso a clases y su lugar quedó ocupado por otros docentes.
Eso sí, esta decisión ya no puede echarse atrás. En adelante y ante pruebas fehacientes, lo mejor es sanear la máxima casa de estudios potosina de estas lacras que no merecen estar frente a los futuros profesionistas.
De momento no hay pruebas de que el coronavirus haya llegado al país y menos a San Luis Potosí, lo que supone una bocanada de oxígeno, porque así como están las cosas con el Insabi, una enfermedad más no la aguantaría ni la 4T.
Esto no significa que no haya otros virus circulando en el ambiente y si no lo creen, es cuestión de preguntarle a la Beneficencia Española, donde la neumonía pegó con tubo y tomó algunas medidas que inconformaron.
Es el caso de los familiares de la base sindical del estado, a quienes les hicieron saber que prácticamente están en cuarentena y no permitirán su ingreso hasta nuevo aviso, o luego de pasar por un filtro que casi-casi, es como el de las cárceles.
La neumonía no presenta números nada halagüeños al iniciar el año, así será otra tarea difícil para la secretaria estatal de Salud, Mónica Liliana Rangel Martínez.
No cabe duda que el mundo de los custodios es uno de los más olvidados y para muestra, no solamente exigen que les cumplan el aumento de sueldo y sus prestaciones, sino también el apoyo psicológico que requieren.
Y es que los penales de la entidad, aunque no están saturados, aún tienen en su interior a una gran cantidad de presos, muchos de los cuales no están del todo equilibrados en lo emocional y esto lo transmiten a quienes deben vigilarlos.
Al menos fue lo que dijeron durante sus recientes protestas, en las cuales dejaron en claro que el gobernador Juan Manuel Carreras López debería pensar seriamente en la instalación de un centro de atención psicológica para todos ellos, porque viven muchas tensiones con los internos.
¿Se imaginan? Asesinos, violadores, secuestradores y toda una legión de calañas con sus propios demonios.