Ironía
San Luis Potosí apareció entre las entidades consideradas por la CFE, para proyectos prioritarios en los próximos años del sexenio lopezobradorista.
El pasado 28 de noviembre fue convocada la licitación para la construcción de una nueva central de generación de ciclo combinado, es decir, producción de electricidad con gas natural como combustible, para ser concluida el 5 de abril de 2023.
Su potencia productiva será de 805 megavatios (MW), igual que la de Salamanca, en Guanajuato, con planes de terminar en el mismo año. Ambas, sólo debajo de Dos Bocas, Veracruz, con 845 MW. El total de la inversión en las mencionadas centrales -y otras cuatro- superará los 58 mil 634 millones de pesos.
Otro plan es repotenciar las centrales de operación hidroeléctricas, mediante 10 mil 446 mdp para elevar su capacidad a 278.24 MW. En el caso potosino serán las de Camilo Arriaga, Micos y Electroquímica, cuyos proyectos ejecutivos están en marcha.
Ahora sí, ni quién diga nada del director electricista Manuel Bartlett.
El que cerrará la semana a tambor batiente, luego de unos meses en el ostracismo político, será Pedro César Carrizales Becerra, el famoso Mijis.
Su ocurrencia más reciente, de este miércoles para ser precisos, fue compartir un montaje de su rostro en la pintura al óleo La Revolución, del artista plástico Fabián Cháirez, quien armó la gorda en el país por denigrar, según los puritanos, la figura del revolucionario Emiliano Zapata, quien aparece desnudo, con cuerpo afeminado y en tacones.
Otro de sus buenos momentos es que @tumbaburros -uno de los opositores a AMLO, ligado al hijo de Felipe Calderón- le hizo caso y debatirá con él sobre la 4T, por lo que pasarán de los tuitazos a la acción.
Lo único malo para El Mijis, fue que tuvo que dejar por la paz su idea de hacer su propio partido político, luego de un fuerte regaño morenista y la congeladora, para que vea quien manda.
Los que andan posando para las fotos, en vez de ponerse a trabajar, son los policías estatales de Jaime Pineda Arteaga.
Al menos cinco de ellos fueron vistos “en guardia” por la ciudadanía frente al banco Banorte de la Plaza de los Fundadores, en tanto otro de sus compañeros les tomaba unas gráficas.
Poco después hicieron lo mismo en el Santander de Obregón, pero no los mismos elementos, sino otros.
Luego de ambos montajes, se olvidaron de sus funciones y no se les vio ni el polvo.
Con razón estamos como estamos.