Diferencias entre un estúpido y un idiota
El alcalde Xavier Nava Palacios tiene una bomba en sus manos y parece que no se ha dado cuenta.
Resulta que la capital potosina está en los primeros sitios a nivel nacional en feminicidios, para ser más específicos en el nueve de entre los 100 municipios del país con mayor incidencia, y eso que no están contabilizados dos recientes, uno de ellos, contra una menor de edad en Tamazunchale y otro, donde la víctima fue una estudiante de enfermería.
Seguramente en su reporte de octubre, el Sistema Nacional de Seguridad Pública señalará este repunte en su top 100.
El verdadero problema, más allá de que la Fiscalía General de Justicia de Federico Garza Herrera resuelva o no los casos -los dos últimos, exitosos-, es que la Alerta de Género no ha funcionado en la capital que Nava gobierna.
Pero cómo estará de candente esta situación que su vecino Soledad de Graciano Sánchez, que también destaca por sus delitos en general, es el lugar 73, muy por debajo de San Luis.
Como para calar la fuerza de la bancada del PAN, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Rolando Hervert Lara anticipó que impulsará una iniciativa para etiquetarle al gobernador Juan Manuel Carreras López, todos los recursos de 2020.
No cabe duda que Hervert inició su periodo al frente de este órgano con mucha enjundia y ganas de transparentar el ejercicio legislativo. Tan es así, que la propia Jucopo será sometida a una necesaria auditoría.
El objetivo es que la administración priista cumpla los compromisos con la población y de ahí la necesidad, dijo, de poner candados para cada peso del presupuesto.
Ahora que no estaría nada mal que, aprovechando el viaje, los diputados hagan lo mismo, porque un día sí y otro también, salen a relucir gastos raros en asesores, personal de confianza, ayudas a terceros y el cochinito nomás no enflaquece.
El que reprobó el examen y con baja calificación, es el secretario general de la Sección 52 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Martín Rodríguez Ramírez, quien de dirigente conciliador pasó a ser amenazante, mentiroso y carente de valor.
La exhibida suya fue en la huasteca, donde padres de familia de la escuela primaria Vicente Guerrero denunciaron transas y deplorables condiciones en el plantel, pero en vez de dar soluciones, llegó con “horca y cuchillo” y terminó casi linchado porque a nadie espantó.
El caso es que no cumplió con renovar la dirección, con la supervisión de cuentas por parte de la Auditoría Superior del Estado e hizo renunciar a la inspección del SEER, a la estimada Eglantina Galván para poner a un maestro a modo.
¡Tiene tache!