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Las relaciones peligrosas de Humberto Castillejos, el gran “consiglieri” de Los Pinos, se hicieron presentes ante la acusación de Santiago Nieto de encabezar una banda criminal que, a través de despachos de abogados, regresaba dinero, mucho dinero, a criminales. Que les devolvía sus cuentas bancarias incautadas.
¿Pudo hacerlo? Eso, más, mucho más pudo haber hecho Castillejos.
El poder hace sentir invulnerable a quien lo detenta. Le nubla la realidad, le borra las líneas divisorias entre lo correcto y lo que se puede hacer. Y vaya que Humberto Castillejos fue poderoso el sexenio pasado, cuando tuvo a su cargo la “vicepresidencia” política.
La historia de Castillejos está inmersa en un mundo donde no existen parámetros morales, desde el padre asesinado a las puertas de un despacho donde igual defendía a los hijos de Martha Sahagún de Fox que a criminales, o a Genaro García Luna acusado por Gertz Manero; hasta su cuñado Luis Cárdenas Palomino tan cuestionado en su paso por la policía federal, junto con Igor Labastida y Edgar Eusebio Millán, cuyas “actividades” provocaron acusaciones y señalamientos que nunca terminaron de probarse, como su participación en el asesinato de Enrique Salinas de Gortari.
La carrera de Humberto Castillejos, acusado de ser el responsable de devolver dinero a criminales, comenzó en la PGR con el general Rafael Macedo de la Concha, que tenía una cercana relación con su padre. Pasó por los tiempos de Medina Mora en esa institución y se vinculó a Enrique Peña Nieto desde el gobierno del Estado de México. Su primo Alfredo Castillo, con Alberto Bazbaz, a quien él llevó al cargo de procurador del Estado de México, protagonizaron el escándalo de Paulette, aquella niña cuyo cadáver no pudieron encontrar en su propia cama.
Alberto Babaz, otro consentido de Peña Nieto, fue titular de la Unidad de Inteligencia Financiera. Responsable de quitar el “congelamiento” las 722 cuentas de criminales el último semestre del sexenio pasado. En sus oficinas, al irse al CISEN en 2018, quedaron incondicionales de ambos, bajo el mando de Mauricio Moreno.
Según Santiago Nieto lo que se investiga es la información de que “… Humberto Castillejos operaba todo desde una serie de despachos… donde contactaban a la gente que estaba bloqueada”.
¿Qué pudo hacer Castillejos desde su gran poder en Los Pinos? Todo, mucho, lo que la imaginación nos diga. Peña jugaba Golf mientras él operaba en todos los ámbitos. Llegar a este personaje va mucho más lejos que la acusación de una complicidad delictiva, cuando ya había renunciado a su nombramiento oficial.
¿Castillejos puede llevar hasta Peña Nieto? Llegar a Humberto Castillejos significa penetrar un mundo de oscuras alianzas donde no existe diferencia entre criminales y funcionarios públicos. Peña puede haberse enterado o no, pero sucedió, comenzó a su lado, en su propia casa. Él creó al monstruo.
¿Se atreverán a tocar todos los intereses, tantos años en la PGR, tantos en el Estado de México, tantos en el poder corrupto, que resume Castillejos? Es un tema perfecto para los fines de la 4T… hasta donde tope.
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