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“Extraña” la resolución de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN).
Fue el calificativo que utilizó el senador Emilio Álvarez Icaza, secretario de la
Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Para nada fue irrespetuoso, no habló de corrupción, ni de consignas, ni de parciales ni
de injustos.Tampoco de incompetencia.
Calificativo diplomático, medido y prudente al referirse a la forma en que integrantes
de esa primera sala resolvieron el recurso de revisión 246/2023, interpuesto por
periodista.
De alguna manera no daba crédito a que el comunicador tenga una resolución en
contra, a pesar de su demostrada inocencia.
Incluso, antes de que ministros y ministras resolvieran por 4-1 votos este caso, el
senador, que ha sido defensor de los derechos humanos en la Ciudad de México y
secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana e Derechos Humanos, les advirtió
públicamente que estaban en riesgo de revictimizar un inocente.
Tal parece que los ministros y ministras ni vieron y mucho menos escucharon al
senador Álvarez Icaza.
Juan Luis González Alcántara Carranca, Jorge Maro Pardo Rebolledo, Loretta Ortiz y
Margarita Ríos Farjat, como integrantes de la primera sala, pasarían a la historia por
haber pisoteado una resolución de inocencia IRREVOCABLE.
No deben olvidar que, con la reforma judicial, dicha primera sala va a desaparecer y
de paso ellos y ellas se van a quedar sin trabajo.
Pésima huella para su final en el máximo tribunal, aunque nunca es tarde para
rectificar.
El término “extraña o extraño” tiene varios significados, según el diccionario de la Real
Academia Española.
“Raro, singular, insólito, excepcional, desusado, sorprendente, misterioso, difícil”, son
sinónimos con los que define dicha palabra.
Y que conste, el senador no es un declarado enemigo de la Corte. No se ha sumado a
la demanda de que desaparezcan los fideicomisos de la institución. Tampoco es
partidario de que se elijan de manera popular a los juzgadores. Ha sido enfático en
defender la independencia del poder judicial.
Si fuera un acérrimo crítico de la Corte, se entendería que no lo tomaran en cuenta o
ignoraran.
Además, se podrá o no estar de acuerdo con el senador por sus posiciones políticas,
pero en materia de derechos humanos, toda su vida se ha esmerado por defenderlos,
a nivel nacional e internacional.
Jamás hubiera defendido al periodista si en su investigación descubriera el menor
indicio que era culpable.
Álvarez Icaza por ningún periodista ni por nadie pondría en riesgo el prestigio que se
ha ganado como defensor de los derechos humanos.
Está sorprendido de la resolución de la primera sala de la Corte porque afecta y
revictimiza a un inocente.
Por eso, con un lenguaje moderado, la calificó de “extraña”.
Convencido de la inocencia del periodista, el senador está dispuesto a seguir en la
lucha hasta que se alcance la justicia.
Seguramente los integrantes de la primera sala de la Corte jamás se enteraron de que
este asunto ya era cosa juzgada, había causado ejecutoria.
Cierto que en materia penal se puede reabrir el proceso, siempre y cuando haya
nuevas pruebas. Aquí no las hubo.
Por si fuera poco, el poder judicial utilizó una “declaración de oídas” para condenar al
periodista.
Es una historia, como muchas otras parecidas que deben existir, que justifican que se
lleve a cabo una reforma a fondo en el poder judicial, empezando por una nueva
elección de juzgadores.
Sería injusto generalizar; como en todo gremio, debe haber buenos y malos.
Lo indiscutible es el clamor del pueblo para limpiar al poder judicial de servidores
públicos que para nada se han significado por impartir justicia.
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