Trump o Kamala, ¿quién nos conviene?
Hablemos de la entronización de Mario Delgado como secretario de Educación Pública en México. Como todos sabemos, el gran operador de Morena y uno de los brazos derechos de Andrés Manuel López Obrador en esta Cuarta Transformación ha sido el mencionado personaje, surgido de las cloacas más oscuras de la izquierda. Mario Delgado es reconocido como el ideólogo y político gestor que ha estado constantemente negociando las diversas posiciones de este movimiento en los últimos años. Tanto amigos como enemigos lo reconocen como una figura importante en las decisiones del partido.
Por ello, no es inaudito pensar que, si es requisito de su transformación comenzar a cambiar la ideología de la población, lo coloquen en una posición en la que pueda influenciar a las nuevas generaciones a través de la educación. Es casi un requisito.
Como nuevo y flamante ministro, una de sus primeras declaraciones ha sido la de combatir la mala alimentación, existente en las escuelas al comercializarse alimentos denominados «chatarra», que, como todos sabemos, son perjudiciales para la salud de los niños. Esto es positivo y loable, aunque a las grandes compañías como las refresqueras y las productoras de pastelillos no les causará ningún buen sabor.
Sin embargo, aún se corre el riesgo mayúsculo de la contaminación ideológica de nuestras nuevas generaciones, a través de la mala educación y el «fakebook» cultural que las huestes izquierdistas de nuestro país han pretendido imponer desde siempre. Este monero se pregunta: ¿será que ya ha llegado, por fin, quien hará esta deleznable labor de encauzar a las nuevas juventudes a favor de su partido