Oposición no regatea la unidad nacional ante llegada de Trump
El cumplimiento de la normatividad (Compliance, por su significado en inglés) es una tendencia mundial que permite alcanzar de manera preventiva, mas que punitiva, a las metas del convenio social reflejado en leyes y contratos.
Pero en caso de incumplimiento, definitivamente, la ley se hace altamente punitiva; es parte de la tendencia. Un ejemplo es la normatividad ambiental, cada vez mas exigente.
Los riesgos son diversos y variados, pero sobre todo pueden llegar a ser invisibles; con la consecuente ausencia de adecuada administración, auditoría y supervisión.
Por ejemplo, ¿Usted pensaría que la hacer cálculos con equipos de cómputo se emite bióxido de carbono, CO2?
Un estudio, hecho en la Universidad de Massachusetts ha demostrado, usando el concepto de ciclo de vida, que el entrenamiento de algoritmos para la Inteligencia Artificial, IA, se pueden emitir mas de 283 toneladas de bióxido de carbono equivalente (el estudio reportó exactamente 626,000 libras).
Esto es casi 57 veces lo que un humano promedio, en el mundo, emite en todo un año. Es casi 5 veces lo que un automóvil promedio que circule en Estados Unidos de América emite en 365 días, uno de combustión interna; con combustibles fósiles, pues.
Estas toneladas de CO2 equivalente resultan del consumo de energía que tienen los equipos de cómputo; en el estudio comentado llegó a ser de 656,374 KWh de energía eléctrica; sí, más de 656 Megawatts-hora.
Los procesos de entrenamiento de algoritmos para IA son más contaminantes de lo esperado. Además, si tomamos en cuenta las actuales capacidades de cómputo de alto rendimiento, el entrenamiento en IA no toma un año en suceder; por lo que, a tasa anual, su efecto es mucho mayor.
Actualmente, hay dos tendencias en cómputo de alto rendimiento: La que acelera hasta lo Exaflops, o más allá como lo publicó Google hace pocas semanas, y las de fabricar equipos de menor rapidez que eso pero de menor consumo energético, llamado supercómputo verde.
No obstante, donde quiera que se usen cálculos sofisticados y con cualquiera de las estrategias de cómputo, la huella de carbono por cálculos es muy alta; consecuente de la energía consumida por los equipos de cómputo.
Así, pensemos en una empresa de ingeniería automotriz que recurre a cálculos intensivos, por cómputo masivo, para diseño de piezas. O una de construcción dedicada a edificar rascacielos, donde también se recurre a cálculos sofisticados. El bióxido de carbono equivalente emitido puede ser altísimo.
Lo mismo sucederá en cualquier otra empresa, siempre que use cálculos sofisticados en los bienes o servicios que produzca. Ese es el caso: emisiones de CO2 equivalentes se da en todo procesamiento de datos masivo.
La SHCP ilustra el caso del sector público. Sus equipos de cómputo emiten CO2 equivalente al procesar información en CFDIs y, también, para hacer inteligencia financiera y tributaria en la búsqueda de daños fiscales al erario público.
Luego, para dar cumplimiento a normatividades nacionales, e incluso para satisfacer los cada vez mas exigentes convenios y contratos en materia ambiental, la hipotética empresa, ya pública ya privada, requerirá dar cumplimiento a la normatividad ambiental.
Una pregunta que todo auditor ambiental podría hacer es: ¿cómo se está remediando el impacto ambiental, a través de, por ejemplo, compensar las emisiones de CO2 equivalente? O bien, algún socio internacional podría restringir el intercambio comercial con la empresa, con impacto en sus ventas y rendimiento, a consecuencia del impacto ambiental ya que podría desear reducir sus emisiones por cumplimiento. Estos son los riesgos.
Todo lo anterior aun si Usted no viera, con sus propios ojos, las emisiones e impacto ambiental.
A fin de reducir los efectos de riesgos ambientales, mismos que generen sanciones o desfavorezcan negociaciones de ventas, recurra al cumplimiento normativo.