Diferencias entre un estúpido y un idiota
En este tiempo de contagio causado por el coronavirus, el miedo y la ignorancia están provocado que algunos perturbados agredan y discriminen a médicos y enfermeras. Somos testigos de cómo la enfermedad afecta pulmones y vías respiratorias en las personas, pero también de como trastorna la mente de algunos insensatos. Resulta inaceptable que en las últimas semanas se haya incrementado el número de casos de trabajadores de la salud que han tenido que soportar vejaciones, golpes y discriminación debido a la psicosis que está provocado la pandemia.
Los héroes de bata blanca que todos los días arriesgan su vida para atender y salvar enfermos, han recibido como pago la ingratitud de algunos desorientados. Alucinados por su ignorancia estos bárbaros piensan que los médicos y enfermeras pueden infectarlos.
Fue estremecedor escuchar a la jefa de la División de Programas de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la enfermera Fabiana Maribel Zepeda, narrar entre sollozos cómo muchas de sus compañeras habían sufrido agresiones.
Esta profesional de la enfermería señaló que tiene registrados hasta el momento 21 ataques en 12 entidades de la república. Los estados donde se han presentado estos lamentables hechos son: Ciudad de México, Yucatán, Sinaloa, Estado de México, Jalisco, Puebla, Morelos, Coahuila, Guerrero, Quintana Roo, Durango y para nuestra vergüenza, San Luis Potosí.
“La Jefa Zepeda”, como se le conoce en el IMSS, informo en una de las conferencias de prensa que todos los días ofrece el Dr. Hugo López Gatell que…. “Duele hablar de lo que le pasa a tu gente. Duele hablar de los trabajadores de la salud que también somos personas, que también tenemos familia y que hoy estamos dejando muchas cosas: estamos dejando nuestras casas, nuestras familias, estamos dejando nuestra vida en las unidades hospitalarias. Somos gente común, como cualquier otra; somos seres humanos que también tenemos sentimientos, pero también somos profesionales responsables de nuestra labor”.
“Pedimos respeto a las personas que hoy nos estamos dedicando a cuidar a los demás, las personas que estamos cuidando familias enteras que están contagiadas, por eso exigimos respeto, nos lo merecemos”.
Este dramático testimonio de “La Jefa Zepeda” provocó de inmediato la solidaridad de la sociedad.
El gobierno federal ya ha tomado cartas en el asunto para garantizar que no vuelvan a ocurrir más agresiones. Desde el pasado 14 de abril la Guardia Nacional se ha hecho cargo de la seguridad y custodia de los hospitales y del personal médico y de enfermería.
Aquí en San Luis Potosí la Fiscalía del estado deberá aplicar todo el rigor de la ley a los agresores de enfermeras. Las autoridades deben enviar un mensaje categórico de que no se permitirá ni una sola agresión a nuestros heroicos trabajadores de la salud.
Creo que todos los mexicanos deberíamos estar agradecidos con el personal médico, de enfermería, administrativo y de servicios que laboran en el Sistema de Salud por el invaluable servicio que están prestando a la sociedad en el combate a la pandemia que hoy nos tiene con en Jesús en la boca.
POSTDATA
El Consejo de Salubridad General del gobierno federal retrocedió en su absurda pretensión de discriminar a las personas de la tercera edad que enferman de coronavirus. No habrá preferencias al momento de decidir a quién se atiende primero en terapia intensiva, si a los jóvenes o a los ancianos. Se les atenderá por igual, sin favoritismos. Los respiradores artificiales se proporcionarán a quienes lo necesiten por su estado crítico. El Consejo dio a conocer la semana pasada que el nuevo criterio para actuar será el de “salvar el mayor número de vidas”.
La presión de la opinión pública impidió que se consumara una decisión absurda y genocida que condenaba al pabellón de la muerte a nuestros queridos ancianos.