Ironía
Que es la hipersexualización en la infancia y su relación con el abuso sexual infantil. Una indigna temática que prolifera en nuestro país, ahora consensuada como un arte o un derecho humano. Realmente terrorífico lo que nuestras actuales leyes están poco a poco permitiendo en el marco social. La industria del espectáculo es una plataforma para promover denigrantes actos y sucesos que culminan en el abuso sexual infantil. Les platico la controversial película “Lindas” por Netflix, el tráiler disponible en la plataforma encendió las redes sociales. La película francesa “Mignonnes” (Lindas) dirigida por la directora francesa-senegalesa, Maïmouna Doucouré, ha provocado indignación de los usuarios por considerar que se hipersexualiza a sus protagonistas, bailarinas de 11 años especialistas en algunos bailes y en el “twerking”. Los carteles promocionales de la película mostraban a sus protagonistas menores de edad con actitudes sexualizadas. La compañía de streaming emitió una disculpa pública y dijo que cambiaría la promoción de la película. Comentarios absurdos denotando que se trata de “Cultura”. El Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (SIPINNA) explica que el fenómeno de la hipersexualización consiste en la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades. En el caso de niñas, niños y adolescentes dicho fenómeno ha sido invisibilizado, normalizado e incluso legitimado a través de los medios de comunicación y las redes sociales debido al alcance a nivel social y cultural que tienen en la actualidad. El organismo ha manifestado, puede ser la raíz de formas de violencia más extremas. Por ejemplo, se estima que una de cada 10 mujeres de 12 a 17 años en México ha recibido mensajes, videos sexuales o amenazas en internet, y que 3.8 % de las adolescentes les publicaron información íntima o falsa en redes sociales para dañarlas. El 25 % de las y los adolescentes entre 12 y 17 años ha sido víctima de alguna forma de ciber acoso. Una realidad que impera, y las estadísticas y medios de comunicación internacional, colocan a México en el primer lugar en delitos de abuso sexual de menores. El mismo Senado de la República sugiere fortalecer los códigos penales en las 32 entidades federativas, debido a que un abuso sexual deja graves secuencias y padecimientos para las víctimas en todas las etapas de su vida, se subraya que el delito debe ser considerado grave, aumentar las sanciones y hacer obligatoria la privación de la libertad. Una de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños sufren abuso sexual antes de cumplir la mayoría de edad, calculan especialistas en un foro abierto del Senado. El panorama estadístico de dicha violencia sustentado por la UNICEF, la tasa de violación de niñas y niños en México es de 1,764 por cada 100 mil, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Además, cinco mil de cada 100 mil sufren tocamientos. De mil casos de abuso, solo se denuncian ante la justicia unos 100; solo 10 van a juicio; y de ahí, solo uno llega a condena. Es decir, la impunidad es de 99% y la cifra negra, aún mayor. Cuando los niños pequeños denuncian actos sexuales de adultos en su contra, están diciendo la verdad en 93% de las ocasiones. Sin embargo, en los procesos legales de divorcio y custodia se desestima la declaración de los menores de edad por considerar que mezclan fantasía, ya que el personal carece de experiencia y conocimientos, y los abogados defensores violentan los derechos de los niños por el proceso de los adultos. A partir de estos datos sí hemos detectado que los abusadores son básicamente hombres, y esto no quiere decir que no existan mujeres involucradas en este tráfico, eso es algo que no descarto, pero hasta la fecha son varones los presuntos responsables identificados en su mayoría, por eso se desvirtúan los actos cometidos por las mujeres. Lo podemos apreciar en el filme “Corazones Heridos”, basada en el best-seller de J. T. LeRoy, The Heart Is Deceitful Above All Things (titulada El corazón es engañoso por sobre todas las cosas en Hispanoamérica y El corazón es mentiroso en España) es una película de 2004 dirigida por Asia Argento. La vida de Jeremiah (Jimmy Bennett) no es un cuento de hadas. Es un niño indefenso, sacado de su hogar adoptivo y llevado a una problemática vida con su madre (Asia Argento), dónde experimentará por sí mismo los más adversos problemas que aquejan al mundo actual. Llegando a mantener relaciones sexuales con hombres disfrazados de mujer ante la indiferencia de su abusiva madre, probar drogas y alcohol. Su slogan lo decía, ‘Para unos era una mala madre…la realidad era aún más terrible”.