En Quadratín San Luis Potosí, lo grande comienza
En este espacio se ha dado cuenta de algunas cifras sobre el proyecto de egresos de la federación para 2020. Ahora, en seguimiento, expondré un tema que es natural, hasta obvio, para quienes tienen experiencia en la administración pública pero no necesariamente así para científicos y académicos. El tema es complejo, pero aquí va.
Hay tres fuentes de financiamiento para entes públicos, mismas que toman forma definida en la norma correspondiente. Me explico y para ello recurriré a ejemplos en dos niveles de gobierno.
Una entidad federativa recibe recursos fiscales de la federación provenientes de impuestos como IVA, ISR, IEPS u otros. También tiene ingresos locales por cobro, por ejemplo, de permisos, placas y licencias vehiculares. A los segundos les llamaré, por clasificación de origen, “ingresos propios” ya que tienen origen primario en el interés de los particulares y son generados por atribuciones y competencia específica.
En similitud, guardadas las proporciones correspondientes, un Municipio tiene aportaciones federales, del mismo origen que la de Gobiernos Estatales. También tiene ingresos por cobro de multas a comercios, predial, derecho de venta en ferias, etcétera. En analogía, so riesgo de redundancia, diré que tienen origen primario en el interés de los particulares y son generados por atribuciones y competencia específica y por ello les llamaré “recursos propios”.
En ambos casos, Gobiernos Estatales y Municipios, si no es suficiente el ingreso puede recurrir al indeseable endeudamiento. Éste, necesariamente, debe ser autorizado por el ente de competencia. Por ejemplo, recientemente se hizo de conocimiento el posible caso en el Estado de Guanajuato (https://www.eleconomista.com.mx/estados/Guanajauto-pedira-linea-de-credito-ante-recorte-presupuestal-en-2020-20190910-0069.html); sobre lo que ya se verá, según suceda en su congreso local.
Para Centro Públicos de Investigación, CPIs, hay aportaciones federales. Estas primeras son de la misma fuente en SHCP; es decir, IVA, ISR, etcétera. Esta primera fuente es la que entregó el Poder Ejecutivo como proyecto de egresos 2020 al Legislativo de competencia. También hay a las aportaciones públicas, donde las haya, que, autorizadas por cámaras locales, aportan los Gobiernos de los Estados.
Una segunda fuente para los CPIs son los recursos propios; es decir, aquellos cuyo origen primario es el interés de los particulares y son generados por atribuciones y competencia específica.
La competencia específica en CPIs trata de soluciones científico-tecnológicas que se puedan entregar por demanda específica a particulares; proyectos y desarrollos tecnológicos para empresas e industrias.
Conceptualmente, quizá, se podría pensar en donativos, tal y como sucede en otros países. Donativos de organizaciones sin fines de lucro para contribuir al conocimiento que generan los CPIs. No obstante, no está claro que esto se pueda hacer toda vez que, en el derecho público mexicano, sólo lo que está escrito está permitido y nada dice la norma al respecto.
Por consecuente no está permitido explícitamente que un CPI reciba donativos; este tema amerita una contribución entera.
De la adquisición de deuda, la tercera fuente, ni hablar. Esa está fuera de posibilidad para los CPIs.
Esos son los hechos.
Así, las sugerencias que se puedan hacer para el ejercicio fiscal federal para 2020, ahora que el Poder Legislativo analiza el proyecto de egresos, podrían ser bienvenidas. Está en sus manos.
Pero debe entrar en el colectivo de los científicos la generación de recursos propios. Seguir en la opinión que todo debe ser de origen fiscal es renegar a la ciencia misma. La ciencia estriba su fuerza en el análisis de hechos y no en opiniones.
Los ingresos para CTI en CPIs son fiscales, federales o locales, o son propios, de soluciones científico-tecnológicas colocadas en mercado.
ERRATUM: Agradezco a mis lectores. Comento que mi contribución en QuadratÍn, con fecha 10 de Septiembre de 2019, dice: “…Ramo 38, CONACYT, etiquetada para el desarrollo de pueblos indígenas es de 35.24 mdp; es 3.6 VECES MAYOR QUE el presupuesto para todos los CPIs..:”.
Pero debe decir “…Ramo 38, CONACYT, etiquetada para el desarrollo de pueblos indígenas es de 35.24 mdp; es 3.6 MILÉSIMAS del presupuesto para todos los CPIs …”
Esto significa que es muy poco y de ahí que “… ya está etiquetado para el desarrollo de pueblos. A mí me parece bien, y quizá debía ser más sin quitarle al Programa Especial de CTI.”