Rómulo, baja colateral en la pugna de Américo y Cabeza de Vaca
En San Luis Potosí, tendremos elecciones en 2021. Diferentes encuestas, realizadas durante 2020, revelan que Morena conserva preferencias electorales, aunque no con la contundencia de 2018. En esas encuestas existe un alto porcentaje de potosinos que no contestan a la pregunta de por cuál partido votarían o todavía no saben por quién van a votar. Es claro que, hasta el momento, Morena es favorito en un universo en el que no se conoce quiénes serán los candidatos y hay dudas, indecisión, aversión a externar una preferencia o, simplemente, desánimo por votar. Un universo –ciertamente- inestable.
Las encuestas son una fotografía del momento en que se efectúan y desde hoy, hasta el día de las elecciones, transcurrirán algunos cientos de días. Las preferencias electorales pueden variar tanto, hasta volverse una fotografía muy diferente. Es indudable que a esta diferencia contribuirá la grave caída económica que experimentamos y seguiremos experimentando durante éste y el siguiente año.
No olvidemos, en San Luis Potosí los electores sí premiamos el buen gobierno y castigamos el mal gobierno. Sí nos fijamos quién es el candidato, en cada partido, alianza o coalición, para decidir elecciones.
Suponiendo que Morena conserva sus preferencias, existe otro -muy relevante- factor a considerar y es la figura presidencial. Los partidos no aliados a Morena son los adversarios y ya hemos visto el trato que los adversarios del Presidente reciben, día tras día, trátese de partidos, personas, gobernantes u organizaciones.
Un buen candidato, respaldado por una coalición de partidos, pudiera ganar la elección de gobernador. Si fuera una coalición de partidos diferentes a Morena, desde ahora podemos prever el trato presidencial al nuevo gobernador –quien en automático sería considerado adversario por opositor-. Por el contrario, si el gobernador es emanado de Morena, o coalición que este partido encabece, las cosas podrían pintar mejor para San Luis Potosí, sobre todo en un escenario de crisis económica y recursos escasos cada vez más controlados por el Ejecutivo Federal.
En las encuestas, para gobernador de San Luis Potosí, se ha considerado a Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública. Difícil que él sea candidato de Morena para esa encomienda. Primero, porque es hoy un funcionario generador de estabilidad en el sector educativo – situación nada fácil de conseguir-. Ha alcanzado, además, buenos resultados en su gestión. En conclusión, debería ser considerado como presidenciable, más que como candidato a gobernador.
Se ha mencionado también a Juan Ramiro Robledo Ruiz. De amplia trayectoria en el servicio público y en política. Él se preparó toda su vida para ser gobernador. Pero, fue requerido -en varias ocasiones- por el actual Presidente para sumarse a su proyecto, Juan Ramiro no aceptó. El experimentado político pudiera convertirse en un funcionario muy valioso, pero dentro del gabinete, no encabezándolo.
A Nava no lo veo en Morena, aunque el titular de una casa encuestadora así lo cree (pero queda abierta la posibilidad porque en política todo puede suceder). A Gallardo Cardona, tampoco lo veo en Morena.
En otro orden de ideas intuyo que quien encabeza a Morena, en San Luis Potosí, desea a un militante, de entre los fundadores de ese partido, contendiendo por la gubernatura. Varios podrían ajustar perfectamente en ese deseo; hoy el semillero es abundante (muchos quieren ser). Habría que ver si el electorado acepta a cualquiera de ellos. El triunfo o fracaso del proyecto hacia la gubernatura dependerá de qué persona se escoja –ésta es una situación aplicable, también, a las otras fuerzas políticas-.
Se ha dicho que quien podría ser candidato a la gubernatura de San Luis Potosí, por ese partido político, mencionado incluso como “el caballo negro”, es José Antonio Lorca Valle. Profesionista que coordinó la campaña del actual Presidente de la República en el Estado de San Luis Potosí y persona muy cercana al primer mandatario de la nación. Se ha dicho, además, que tiene contacto con quienes definirán al candidato a gobernador. Es empresario, lo cual podría significar un acercamiento con el sector empresarial, tópico nada desdeñable en las circunstancias actuales. No tiene cuentas pendientes en el ejercicio de funciones públicas y sí empresas exitosas, además de labor social en diferentes comunidades.
Falta mucho para las votaciones de 2021. Solo algunos pocos han manifestado su deseo de contender por la gubernatura. Es importante dar seguimiento a todos los posibles candidatos, empero, no deberíamos perder de vista al llamado “caballo negro”.
En el PAN Octavio Pedroza ya levantó la mano. Faltaría conocer si este partido le dará oportunidad y si tendrá intenciones –y posibilidades- de aliarse con alguna otra fuerza política.
También es importante considerar qué perfiles de personas se requieren en el Poder Legislativo local para acompañar la labor del Ejecutivo. Pero ese asunto podría ser tema para otra ocasión.