Preparativos para una amenaza llamada Trump
Las políticas públicas para Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, y los resultados de ésta, emergen de un mandato social, como en otros ámbitos; es importante permear a la sociedad el análisis de éstas entorno a la CTI, los eventos de la adelantadísima sucesión son relevantes.
Al día de hoy la contienda se acota a cuatro actores: En una esquina la ingeniero, otrora diputada y senadora ahora, seguramente, coordinadora del FAM; en la otra esquina persisten tres contendientes.
Un gran reto común para las personas aspirantes está en la generación de políticas públicas para CTI, toda vez que el mundo ha demostrado es un pilar sine qua non de la prosperidad.
Para contexto recordemos brevemente que la ciencia es un ecosistema conformado por lo siguiente:
(a) la dupla Conocimiento–Educación, CE, orientada a la formación de recursos humanos con conocimiento actual para satisfacer el requerimiento de mercado laboral y la sostenibilidad de cuadros en ámbitos empresariales, educativos y de estado;
(b) la tripla CTI, orientada a la concreción del conocimiento de autoría propia en dispositivos para impactar necesidades de mercado hacia la generación de riqueza;
(c) la dupla Cumplimiento-Normatividad, con foco en la realización, verificación y cumplimiento de normas que regulen e impulsen el uso y aplicación de la CTI y CE; y
(d) La incidencia e interacción de las tres componentes previas.
Dentro de este marco se discuten los perfiles de quienes son aspirantes, cada caso tiene peculiaridades que a continuación serán comentadas en el orden de arriba.
Al margen que en la seriedad de sus aspiraciones debe omitir expresiones con botargas de dinosaurios y encadenamientos a sillas, tanto como moderar su leguaje altisonante, Xochitl, quién será coordinadora del FAM, ha mostrado simpatía por la CTI en sus actos dentro del legislativo; pero no la conoce, no la entiende y lo primero es reconocer esta realidad.
Ella se ha declarado “fan de la tecnología”, una cosa es sorprenderse ante un dispositivo o evento y otra generar políticas públicas que impulsen beneficios desde la CTI hacia la sociedad; ella tiene cerca a políticos sensibles a la CTI, pero le falta equipo de trabajo.
De la otra esquina, Claudia tiene experiencia universitaria, presume haber sido científica, quienes somos profesionales en CTI tenemos claro que en este sentido sus contribuciones son marginales (incluso búsquedas en bases científicas hacen evidente el hecho); por lo que no es sólida su comprensión de la CTI.
De hecho, durante sus discursos ante algunas centenas de académicos universitarios ha dicho que la educación es pilar del desarrollo, es verdad, pero nada dice de CTI ni ninguna otra componente del ecosistema descrito arriba; mas aún, durante su gestión en CDMX las políticas públicas en CTI brillaron por ausencia a pesar de tener en su equipo a universitarias como Rosaura.
En su discurso, Marcelo muestra simpatía por la tecnología, cree que la adquisición de ésta es suficiente, no se le ha escuchado un programa integral para CTI; sí, la atención del votante está en seguridad, economía y agua, pero hay muchas mas soluciones para medioambiente, energía, normatividad y cumplimiento, por citar algunas, donde el ecosistema científico debe ser fortalecido para construir soluciones, él no ha dicho nada, ni siquiera se asoman con claridad profesionales de la CTI dentro de su equipo.
Adán es quien menos entiende del tema, sólo se percibe desdén hacia quienes tenemos quehacer diario profesional en el ecosistema científico nacional, su posición es opaca tanto como qué personas tiene en su equipo, deja sin elementos al análisis; lo cual es una pésima señal para la CTI, debe incluirla.
Luego entonces, la generación de políticas públicas en CTI es un gran reto para toda persona contendiente en el 2024, requerirán tener claro que no tienen dominio de este tema y acercarse a expertos para conjugar la complejidad del ecosistema científico mexicano, que no sólo es política universitaria.