Libros de ayer y hoy
Todavía hay gente que piensa que en el Congreso del Estado se puede hacer y decir todo, a la hora que se antoje y de la forma en que se invente. Nada más equivocado.
Otros piensan que el Congreso es como un salón de clases para corregir, regañar y lucirse el profesor. Nada más equivocado.
La comparecencia personal de un gobernador ante la asamblea de diputados es un lance que revela comportamiento y respeto políticos que los diputados y el pueblo no deben confundir con una obligación constitucional y menos aún como el salón de clases a que me refiero como quiso hacer aparentar Sonia Mendoza en la reciente comparecencia del gobernador Juan Manuel Carreras.
Alguien recordaba en estos días, que en el año 2004 el PRD representado en el Congreso por Juan Ramiro Robledo hizo comparecer a Marcelo De los Santos, después de que el PRI con Manuel Medellín y el PAN con Eugenio Govea se oponían y se aliaron para evitarlo, aunque finalmente compareció.
En esta ocasión, el punto de la comparecencia era todo el informe de gobierno y no un tema determinado como en esta ocasión en que la comparecencia del gobernador Carreras obedecía al asunto de seguridad.
En las dos comparecencias (2004 y 2018) hay dos diferencias, una coincidencia y una ausencia.
La primera diferencia es el perfil de los gobernadores; el 2004 con De los Santos teníamos a un gobernador inculto, mojigato y protagónico; en 2018, con Carreras un gobernador culto, discreto y decente.
En 2004, un diputado de la talla de Juan Ramiro Robledo, quien induce, dirige y logra la comparecencia, diputado con capacidades y rectitud conocidas y ahora en 2018 el acomplejado diputado Hernández que con su misoginia y violencia política avergonzó a San Luis Potosí en el plano nacional; este diputado de acomplejada catadura provoca la citación para hacer comparecer a Juan Manuel Carreras. Esta es la segunda diferencia en las dos comparecencias.
Hay también una coincidencia en 2004 y 2018 que se llama Eugenio Govea Arcos, entonces militante del PAN, ahora dirigente de MC. En 2004 se oponía a que el gobernador De los Santos compareciera, ahora en 2018 presionó para que al gobernador Carreras se le obligara a comparecer y allá en 2004 aliándose con el PRI, ahora con al PVEM.
El ausente en 2004 fue Sonia Mendoza que hace catorce años no figuraba, mientras que ahora se convirtió en la maestra de escuela interrogando al gobernador sobre los mal llamados “protocolos de seguridad”.
No confundan a la gente: el titular del Ejecutivo debe dar la cara pero no a la hora que quieran los diputados o grupos adláteres, menos aun cuando el tema de seguridad haya sido agotado por las diversas comparecencias del Secretario General de Gobierno y el Secretario de Seguridad Pública.
Menos circo y más trabajo de conciencia legislativa es lo que deberían asumir responsablemente todos los diputados del Congreso.