Libros de ayer y hoy
Nos quedamos esperando el primer milagro de las estampitas detente, han muerto más de 220 mil cristianos mexicanos y no ha podido sacar a los fariseos, Bartlett, Sandoval, Ebrard, del templo.
Hoy se sintió magnánimo el apóstol Andrés Manuel López Obrador. Él se ha autodefinido en múltiples ocasiones con esa palabra.
Con un tono de tolerancia infinita, en el templo de la mañanera, señaló que es válido el “voto útil” y que no importa, que personalidades e intelectuales podrán publicar sus manifiestos, en donde piden a la población votar en contra de ‘ya saben quién’ (video https://youtu.be/34a6lIhGoe4).
Ya Saben Quién, es el Señor.
Andrés Manuel extendió una a sus adversarios. Su bondad es infinita y verdadera, no como dice el blasfemo The Economist “El Falso Mesías”.
Ayer escribí en este espacio una de las definiciones más descriptivas de los soberanos déspotas y autócratas que gobiernan, sin someterse a las leyes ni a limitaciones.
Lo hacen porque están totalmente convencidos de que su certeza moral está sobre el Estado de Derecho, y debe imponerse por un bien superior. Así que en un momento de misericordia con los ‘conservadores y neoliberales’, el Señor los perdona, como lo hace una y otra vez con Manuel Bartlett, Mercelo Ebrard, Pío López Obrador, Felipa Obrador, Irma Eréndira Sandoval, Carlos Lomeli, Félix Salgado Macedonio, la cofradía de empresarios Forbes que porta al lado de Carlos Salazar Lomelín, y muchos más fariseos a los que no puede sacar del templo de Palacio Nacional.
‘El Salvador’ descafeína el término para convertirse en “El Transformador”, pero sufre del problema de los profetas que después de Mahoma, no han podido instaurar ninguna religión. Lo más cercano es la NXIVM de Keith Raniere y Magdalena Clara Luz Flores.
El Apóstol lo ha dicho en múltiples ocasiones: “yo no me pertenezco”. Sus palabras son dictadas de más arriba, aunque tiene un gran problema con la infalibilidad.
Digamos que en este tema está en las antípodas, esto es, no da una. Se esperaba un primer milagro al curar enfermos covid19 con las estampitas “Detente”, mostradas en Palacio como un par de hostias.
Le fallaron, y en Jerusalén dieron marcha atrás al posible cambio de Belem a Macuspana Tabasco, como el centroide de la Epifanía del nacimiento. The Economist fue informado y dio la primicia de la duda.
Sin embargo su entereza es una constante, lo demostraron los 18 años de campaña y los 14 años en la UNAM para sacar una licenciatura, aún con números mediocres.
Además el crimen organizado no le preocupa, el pueblo bueno lo cuida, aunque el Jetta fue cambiado por una super Suburban blindada más un convoy de estas, y la cabañita con animalitos, por el versallesco Palacio Nacional. Aún así, si algo le pasa, resucitará al tercer día.
Así que Felipe Calderón, Claudio X. González, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Ricardo Anaya, Gustavo de Hoyos, y más, tienen que hacerse a la idea de que no podrán librarse de él.