
La voluntad invicta: testimonio de Zambrano en una democracia en riesgo
Ha trascendido que algunos personajes electos en el proceso inmediato anterior, a presidencias municipales o gubernaturas, por ejemplo, han tenido acercamientos con instituciones dedicadas a la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI.
Esta columna celebra se firmen convenios o realicen reuniones de buena voluntad hacia los acercamientos institucionales formales para posibles soluciones basadas en la CTI, soluciones a problemas que la sociedad demanda; entre las que están seguridad pública, conectividad, agua, movilidad urbana y rural, salud y vacunación, entre otras.
La relevancia depende específicamente de la zona, municipio, distrito electoral o región en cuestión.
Los acercamientos, así como la posible futura formalización de convenios, con instancias para soportar en la CTI a esa construcción de soluciones es muy relevante; así ha sido sostenido por esta columna.
Una vez que las autoridades entrantes tomen posesión, si se dieren tales convenios, aquí se celebrarán todos los esfuerzos en esta dirección.
No obstante, hay algunas luces de alerta a ser consideradas, que por supuesto están a su reflexión; éstas no dejan de tener efectos de la condición humana.
La construcción de soluciones desde la CTI sucede necesariamente con participación de personas, su creación es inalienable; son las personas quienes conciben y pueden concretar soluciones, empero que se le involucre puede estar afectado por la voluntad de quienes ostenten una silla en específico.
Otra cosa es la propiedad de los derechos de explotación, modificación, comercialización y más de las soluciones mismas; esas pueden o no pertenecer a las instituciones, de ahí la relevancia de la formalización de convenios y de ahí mismo la voluntad política.
Por ejemplo, si alguien ofreciera sensores de bióxido de carbono, CO2, como medición indirecta del recambio y flujo de aire hacia la disminución de aerosoles como opción para disminuir riesgo de COVID19, pues, de eso hay decenas de productos en línea, basta buscar “precios medidores CO2” para obtener muchas alternativas en el mercado liberado.
Para saber si se debe hacer esfuerzos en esa dirección hace falta más análisis científico, pero, de entrada, luce ocioso invertir en el asunto de la medición del CO2 como tema de CTI de frontera.
Es decir, no debe suceder aquello como en Cien Años de Soledad, de García Márquez (1982), dónde la fascinación del hielo seco causaba entusiasmo en el mayor de los Buendía, allá en Macondo; cuando en el mundo ya era un hecho previo al ciclo de frío en el hogar.
Así, una dificultad política es atraer a los talentos de personas, independientemente de la voluntad de las sillas, llámese CONACYT, Universidades o Centros Públicos de Investigación, para que sean las personas quienes construyan las soluciones requeridas.
No obstante, los hechos están ahí y deberían ser superlativos a la voluntad de las sillas; son algunas personas quiénes pueden hallar las soluciones, no las instituciones y que, en todo caso, se les puede buscar a título personal a fin asesorar en materia de CTI.
Siempre hay alternativas, las instituciones son empleadoras, las y los profesionales de CTI no son esclavas o esclavos en sus instituciones.
En algunos casos se podrán conciliar los intereses de las instituciones con tomadores de decisión y las o los profesionales de la CTI; en otros se tendrán que hallar los mecanismos para que la solución cubra la necesidad, eso sucede dentro de otros ámbitos y capacidades.
Se aplaude y celebra cada acercamiento a la CTI, enhorabuena, pero los cuidados del caso deben ser atendidos y resueltos; ahí están las necesidades, de las soluciones algunas ya existen y pueden ser mejoradas, pero un análisis de expertos es necesario, busquen a quien mas confianza le tengan, es imprescindible.
AL MARGEN. Gracias a mis lectores, efectivamente 4mil millones de USD es cifra menor diaria por habitante; empero es mucho dinero, de hecho, desde Palacio Nacional se anuncia recurso del FMI sólo 3 veces mayor.