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Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
En días recientes se ha leído mucho entusiasmo en la prensa nacional que la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, tendrá incremento presupuestal para el año 2020.
Veamos los detalles.
En 2019 CONACYT, el Ramo 38 del PEF, tuvo un presupuesto de 24,764’719,42 pesos (algo así como 24.76 mil millones de pesos). En términos nominales para 2020 tendrá un poco más del 3.6% de ese monto.
Sin embargo, al considerar la inflación el presupuesto queda, en términos reales y para fines prácticos, igual.
Es decir, tomando en cuenta la inflación anual, con el PEF para CTI se podrán adquirir los mismos bienes y servicios que el año anterior.
Luego, si la relación peso dólar se sostiene como hasta ahora, lo cual depende fuertemente de factores externos, el recurso para CTI no tendrá presión por devaluaciones. En caso contrario, alcanzará para menos.
En otras palabras, esto significa que dejamos el ejercicio en programas CTI desde CONACYT a los factores externos. Sin política pública propia financiada.
El que la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados haya logrado dejar, en términos reales, con el mismo presupuesto sí es un logro. Toda vez que la propuesta del ejecutivo era a la baja.
No omitamos que INEGI ha hecho público, con cifras revisadas, que México está en una recesión técnica.
El hecho presupuestado para 2020 no es para cantar victoria, no hagamos cuentas alegres.
Los contrastes son claros obscuros. Por un lado, en términos reales el PEF para CTI queda igual, por otro se deja a los factores externos, sin atenuación de estos, la ejecución de programas para CTI, en un contexto de recesión. Me explico.
Es menester tener en cuenta que el presupuesto de egresos y el de ingresos están de la mano; íntimamente ligados. Para ejercer todo lo presupuestado como egreso debe ingresar, en el mismo año fiscal, lo considerado por actividad económica.
El presupuesto de ingresos es demasiado optimista, supone crecimiento de 2% a tasa anual. Ninguna estimación da tal valor; sólo el optimismo de los otros datos. El crecimiento es pilar del desarrollo, y si no se crece a lo supuesto en los ingresos no habrá recurso para cumplir los programas en los egresos. Así de simple.
Sobre los factores externos y el ciclo económico hay poco por hacer sino incrementar competitividad, mantener el rigor en el ejercicio público y ejecutar programas certeros en inversión; incluyendo CTI porque lo que se ha anunciado, con bombos y platillos, es infraestructura que no incluye CTI en inversión pública ni en privada.
Para el ejercicio del PEF y los programas CTI, también se ha hecho público que el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación, PECITI, tiene incrementos. El PECITI se está sectorizado y busca, por decirlo coloquialmente, entrelazar los esfuerzos de diversos sectores del estado mexicano en proyectos CTI.
Pero atendamos a los hechos.
Para el Ramo 09, Secretaria de Comunicaciones y Transportes, en cuanto a la Agencia Espacial Mexicana, no se podrán financiar proyectos de vanguardia, simplemente apenas le alcanza para atender procesos y normas. El Ramo 12, Salud, el presupuesto en PECITI se ejercerá en los institutos de salud, cosa buena, por cierto, pero no alcanzará para entrelazar, con fuerza alguna, otros sectores, como CONACYT o Educación pública.
En el mismo sentido el Ramo 21, Turismo, donde el Instituto de Competitividad Turística es la Unidad Responsable relativa a PECITI. En ésta su presupuesto apenas existe para fines de CTI. Recordemos que Cancún reporta cifras a la baja.
En resumen, para CTI, la política pública queda financiada con montos iguales; luego de incluir la inflación y otros factores. Los riesgos externos del ciclo económico y las guerras comerciales entre titanes, ejercerán presión, así como el proceso para salir de la recesión nacional.
El presupuesto de CONACYT nada más dará para sostener su operación misma al nivel del año pasado; igual el Sistema Nacional de Investigadores, las becas de posgrado y los apoyos a la calidad de posgrado. También los compromisos ya adquiridos en años previos, como los internacionales; como los Programas Principales definidos en el Anexo 26 del PEF, donde sólo habrá un poco para investigar sobre cambio climático, adaptación y mitigación de éste, y apoyos para actividades científicas, tecnológicas e innovación.