Ironía
Empieza a cobrar carta de naturalización el viejo refranero popular que reza: “¡En política no hay sorpresas, sino sorprendidos!”.
Y es que día a día, conforme transcurre el fracasado gobierno de López Obrador, aparecen en redes, digitales y en las páginas de opinión de la llamada Prensa Nacional “los sorprendidos” que, furibundos, se suman a la legión de críticos de López Obrador.
Para nadie es novedad, por ejemplo, que la articulista del diario Reforma, la señora Denise Dresser, el comediante Víctor Trujillo y algunos panelistas estrella de Televisa y del Canal 11 de Televisión –todos fervorosos defensores y promotores del candidato López Obrador–, hoy aparezcan entre los severos críticos de temporal del presidente.
Lo novedoso es el surgimiento tardío de furibundos críticos del gobierno lopista –lo mismo entre servidores públicos y políticos–, quienes, en su momento, pertenecieron al más selecto grupo de aplaudidores de Palacio.
Se trata, en su mayoría, de ex panistas, ex priistas y ex activistas de la sociedad civil quienes antaño creyeron ciegamente en la montaña de mentiras de AMLO y que, de manera repentina, hogaño abrieron los ojos a la realidad del mentiroso y fallido gobierno de la llamada Cuarta Transformación.
Políticos y activistas que, por años, se negaron a ver lo evidente; la farsa llamada Morena y la dictadura unipersonal que en ese partido impuso el tabasqueño.
Por eso, frente al repentino despertar de esos políticos, servidores públicos y activistas sociales obliga preguntar –de manera seria–, sobre el origen de la repentina revelación que los llevó al cambio de 180 grados.
Interrogantes que en la mayoría de los casos llevan a concluir que, en el fondo, se trata de oportunistas que de manera deliberada cerraron los ojos frente a una personalidad y una realidad que gritaba que Morena y la llamada Cuarta Transformación son la misma impostura.
Y si lo dudan, intenten responder las siguientes interrogantes.
¿De verdad, los antaño aplaudidores de López Obrador no sabían quién era el hoy presidente?
¿No sabía que en toda su vida siempre fue un falso demócrata y un vividor del poder y de la política?
¿Nunca vieron que el activismo político de López, por más de 25 años, se financió a parir de la transa, la extorsión, el chantaje y el moche de dinero público que alimentó “al movimiento”?
¿No sabían que lo mismo extorsionaba a gobiernos municipales, que gobiernos estatales y, sobre todo, a los gobiernos federales de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña?
¿De verdad no sabían que Obrador repudiaba y sigue repudiando la ideología de las llamadas izquierdas, porque lo suyo es el pensamiento dictatorial de derecha?
¿No sabían que, por ejemplo, llegó al poder en el PRD, gracias a la traición de su padre político, Cuauhtémoc Cárdenas?
¿No sabían que López pactó un acuerdo secreto con el gobierno de Zedillo, para llegar al poder en el GDF mediante un acto ilegal que, en su momento, fue severamente cuestionado por Pablo Gómez, hoy convertido en uno de los mayores vividores del poder y la política?
¿No sabían que desde la dirigencia del PRD, luego de la derrota de la presidencial de 2012, empezó un largo proceso de acuerdos político y de dinero sucio con grupos criminales que, hasta 2018 financiaron la construcción del Partido Morena?
¿No sabían que parte de esos negocios sucios fue la venta de la alcaldía de Iguala a la familia Abarca y la venta de la candidatura diputado federal al narcotraficante Julio César Godoy Toscano?
¿No sabían que en las elecciones del 2021 y las del 2022, desde Palacio se ordenó entregar el poder municipal y estatal –en elecciones como las de Sinaloa, Michoacán, Zacatecas, Baja California, San Luis Potosí y Guerrero–, a no pocos grupos criminales y matarifes de bandas mafiosas que financiaron el nacimiento de Morena?
¿No sabían que López impuso en Morena una verdadera dictadura, en donde el hoy partido en el poder en realidad es la empresa de un solo hombre?
¿No sabían que en tanto jefe de gobierno del DF, López saqueó el salario de la burocracia capitalina, con por lo menos el robo del 10% del pago de cada uno de los empleados?
La lista de interrogantes resulta interminable y, por tanto, son del mismo tamaño las dudas sobre la supuesta ignorancia de los “sorprendidos” de hoy, respecto de quién era realmente el líder social llamado López Obrador.
Y viene a cuento el tema porque repentinamente no pocos próceres del poder y la política empiezan a sufrir una mutación que, hasta hoy, los lleva a ver quien era y qué había detrás del hoy presidente.
Y es que el fenómeno alcanza a experimentados político y líderes como Cuauhtémoc Cárdenas; pasando por inteligencias políticas de época, como la de Porfirio Muñoz Ledo; el culto panista German Martínez, el brillante economista y primer titular de hacienda de AMLO, Carlos Urzúa y, por ejemplo, la hoy senadora Lilly Téllez, mujer de medios.
¿De verdad, ninguna de esas mentes brillantes sabía quién era López Obrador?
¿Ninguno de esos brillantes políticos y experimentados líderes nunca vieron al sátrapa e impostor detrás de López Obrador?
Mi opinión es que todos fueron y siguen siendo impostores y oportunistas igual que López Obrador.
Al tiempo.