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Trump, ¡uy que miedo!
Inicio mi columna compartiendo la siguiente reflexión de Aristóteles:
“Un estado es gobernado mejor por un hombre bueno que por unas buenas leyes”
A partir del mes de septiembre ha comenzado el proceso electoral para renovar la Cámara de Diputados y diversos cargos en los 32 estados del país, el cual concluirá hasta el 6 de junio del 2021, fecha en que debemos elegir a nuestros futuros representantes, la participación de todos los ciudadanos es importante para lograr un equilibrio en los poderes de la unión.
Ante la crisis de confianza y representación que hay de los ciudadanos a los líderes políticos, es necesario hacer un cambio generacional, la participación de la población joven es clave en este sentido y los partidos políticos tendrán la obligación de presentar a sus mejores candidatos, líderes con probada capacidad para representar los intereses de la población, personajes con una trayectoria honrada, compromiso ciudadano, valores y sobre todo un amplio sentido humano.
Todos conocemos los desafíos que hay en temas de salud, generación de empleo y creación de empresas, seguridad humana, violencia, corrupción, etc. Para lograr impulsar una agenda ciudadana incluyente es primordial alcanzar la unidad de las fuerzas políticas, desafortunadamente, hoy la sociedad se encuentra polarizada, las opiniones que se expresan en las redes sociales en su mayoría son irracionales y atentan contra la seguridad de todos, por lo que es necesario sobreponer la razón en todo momento y ante cualquier diferencia política, a nadie nos beneficia y a todos nos afecta que exista más violencia de la que ya existe, es equivocada y peligrosa la idea clasista y discriminatoria que se ha permeado a la sociedad calificando a la población de fifíes y chairos, al final debemos entender que todos somos mexicanos y ante las situaciones adversas debemos ser solidarios, logrando la unidad y una cultura de legalidad como el único camino para lograr la paz y justicia social.
El papa Juan Pablo II decía:
“La justicia social no puede ser conseguida por la violencia. La violencia mata lo que intenta crear.”
La pandemia del covid-19 ha puesto al descubierto la incapacidad de gobernabilidad de sus líderes para encauzar medidas y contender eficazmente la pandemia, el resultado ha sido desastroso y no lo podemos ocultar, basta con citar la cifra de muertes a nivel nacional que hasta este momento ha llegado a 90 mil casos; esta crisis de salud también ha repercutido en la economía, las medidas de confinamiento y aislamiento social provocaron el cierre de empresas y el desempleo, según cifras del INEGI de enero a junio se quedaron sin empleo 13 millones de mexicanos, lo cual ha repercutido en un incremento en la pobreza, de acuerdo con un estudio realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), se tiene pronosticado un aumento de la pobreza extrema de alrededor 6.1 millones de mexicanos.
En materia económica, los especialistas han expresado que las condiciones de México podrían ser similares a la gran depresión de Estados Unidos en 1929. Por lo que, en este sentido, debemos tomar como ejemplo el liderazgo de Franklin D. Roosevelt, quien decidió buscar la unidad invitando a los gobernadores de la nación a reunirse con todo su gabinete en la Casa Blanca, él quería ofrecerles una descripción completa de la situación, con la esperanza de asegurar su ayuda y cooperación. Roosevelt reunió para la materialización de sus planes a líderes del congreso, banqueros, gobernadores y diferentes líderes del sector público y privado.
Roosevelt comenzó a tomar acción enfrentando los hechos de la terrible situación, en un discurso declaró:
“Este es un momento que precisa hablar con la verdad, para abordar con honestidad la situación de nuestro país. Solo un tonto optimista puede negar la oscura realidad del momento”.
La comprensión de Roosevelt de los seres humanos y su empatía por ellos, permeó cada aspecto del discurso, en otro discurso dijo:
“El pueblo de los Estados Unidos no ha fallado y tampoco ha sido atacado por una plaga de langostas, la falla del sistema económico no fue por causa de un castigo divino, ni por un declive natural en el ciclo comercial, ni por falta de recursos. Por el contrario, mantuvo, hay abundancia en nuestra puerta. El fracaso, insistió se debió a una falta de liderazgo.”
No es momento para evaluar el desempeño de los partidos políticos, porque todos le deben a la sociedad, es el momento de encontrar a los mejores líderes políticos ya que es urgente impulsar una agenda ciudadana que incida en la elaboración de políticas públicas con perspectiva de familia, que fortalezca a las instituciones públicas y a las organizaciones de la sociedad civil es fundamental para lograr la transformación, es tiempo para ser propositivos, de luchar por el México que todos queremos, encontrar una sociedad más centrada en las personas, más humana, con valores que promueva el uso de energías limpias y respeto al ambiente.
Aunque la solución resulta compleja, especialmente cuando ocho de cada diez ciudadanos perciben a la política como un tema muy complicado ya que de acuerdo a la Quinta Encuesta Nacional sobre cultura política y prácticas ciudadanas (ENCUP 2012) El 65% de los ciudadanos entrevistados declararon tener poco interés por la Política, el 42% dice que usualmente escucha, pero nunca participa en la discusión.
Es a través de la participación ciudadana como las personas integrantes de una comunidad pueden incidir, involucrarse en la política, organizándose y eligiendo a sus representantes e influyendo en la toma de decisiones de interés público. Aristóteles señalaba “Los individuos aseguran el bien supremo al participar en la comunidad política”. Profundiza diciendo “El buen ciudadano debe tener la capacidad de obedecer y mandar”, debe poner en práctica ambas destrezas, esta es la virtud del ciudadano. Cada persona debía involucrarse con las decisiones del poder y, al mismo tiempo, acatar las normas que emanan de él. La educación cívica es parte indispensable para la formación de ciudadanos informados y activos.
Concluiré mi reflexión citando al filósofo francés Jean Jacques Rousseau:
“Construyan ciudadanos y tendrán lo que necesitan”
*Lic. Y M.C.I. Rafael Munguía Garduño
Especialista en impuestos y comercio internacional
Catedrático, conferencista, asesor y promotor cultural.
[email protected] www.facebook.com/rafael.munguia.1291