2025: los desafíos del desarrollo
Con pretexto de difundir lo consagrado en el artículo tercero constitucional, que establece que en México es un derecho recibir los beneficios de la ciencia y tecnología, en CONACYT iniciaron un seminario permanente que han llamado “La Ciencia es tu Derecho”.En la inauguración, la Directora General, DG, de ese consejo nacional, junto con otras personas insistieron, con su usual retórica oficialista, que ahora la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, no estará supeditada “a intereses particulares y lógicas de mercado”, dice el comunicado.Veamos, partiré del hecho que sólo hay dos fuentes de financiamiento, la pública y la privada; mismas que no son mutuamente excluyentes.El Presupuesto de Egresos de la Federación, PEF, para 2022 viene igual que en años recientes, austero; con excepción de los proyectos de interés al Palacio Nacional, que por cierto son muy particulares de su habitante y nada tienen de CTI.La realidad en el PEF significa que la CTI no tendrá recursos financieros, un año más, de origen público, del nivel requerido para resolver el impulso que México necesita en esta materia; esta realidad se proyecta sin recursos para el resto del sexenio.El presupuesto público dará, a lo mucho, para medio sostener lo que hay; esta columna ha hecho notar que el presupuesto al Ramo 38 para CONACYT apenas alcanza para sostener el programa de becas, el SNI y la nómina de los Centros Públicos de Investigación que coordina ese consejo, así como la suya propia.Una consecuencia es que el número de proyectos financiados por CONAYCT ha caído exponencialmente en los tres años recientes.Si la realidad del presupuesto público no favorece a la CTI y no habrá “lógicas de mercado” para incentivar que el capital privado la financie, entonces ¿qué lógica supeditará la política pública federal en CTI?Quizá la de la extinción, quizá la de la simulación o talvez no habrá lógica alguna, sólo ocurrencias.En la inauguración del seminario la DG del CONACYT explicó que con su visión “se desarrollaron directrices principales”, dijo; claro es que, con ausencia, no austeridad, de recursos no hay directriz alguna que tenga sentido.Espero no causar confusión, ya que no me refiero a la monetización simplista sino a la necesidad del recurso monetario para financiar el quehacer y saber en y desde la CTI.La situación se suma con las dislocadas y disparatadas directrices de CONACYT al hecho que la administración sobre cualquier recurso se haya sujeta al año fiscal, condición que deja solo una decena de meses para ejercer el recurso financiero. Los fideicomisos fueron un mecanismo para responder a las necesidades de financiamiento transanual e incluso transexenal; ahora extintos el mecanismo acabó.Ante estos golpes de realidad el seminario organizado por CONACYT luce o como simulación o para inventar el hilo negro con base en la fantasía pueril.Entretanto, ya hablando de recursos financieros, no se ha sabido aun qué hizo CONACYT con muchos millones de pesos, mas de mil, provenientes de los extintos fideicomisos, que debió integrar a la tesorería de la federación a mediados de este año; sobre lo cual la Auditoría Superior de la Federación hizo el hallazgo que CONACYT ha incumplido.La espada de Damocles oscila sobre la DG del CONACYT, su incumplimiento deberá ser explicado más temprano de lo que espera, todos esos millones de pesos no se pueden perder de la vista.Una retórica repetida no hace política pública sino sólo propaganda, el ejercicio del poder implica posibles responsabilidades que serán en cargo de quien incumpla la ley, organizar seminarios, por permanentes que digan ser, no siembra políticas públicas, desde CONACYT también, además del asunto con los recursos de los fideicomisos, incumple en la generación de políticas públicas en CTI, su obligación por ley.Mientras, por lo que resta de noviembre seguirá el seminario, permanente por solo un mes, organizado por CONACYT para reinventar el hilo negro, seguiremos al tanto.