
Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Desde hace más de quince, este monero se propone crear una caricatura o cartón que capture una instantánea del momento histórico que vivimos los mexicanos en septiembre de cada año. A este ejercicio de humor gráfico de opinión lo llamo «Estado de la Nación», que comparte título, pero no objetivo, con el informe anual que presenta el mandatario de Estados Unidos.
En el caso de mis cartones, reflejan mi perspectiva sobre la situación del país. Se sabe que es ambicioso pensar que un solo cartón puede retratar la compleja realidad de un país que, sobre todo, está atravesando un momento de cambio. Para realizar un análisis adecuado, es necesario recurrir a un acervo histórico, a la observación de expresiones sociales y, por supuesto, a la experiencia personal.
Este año he querido simbolizar, a través de este cartón, la verdadera cara de la Cuarta Transformación: la destrucción de un sistema político y social para instalar otro.
Desde mi punto de vista, el nuevo sistema no es prometedor, ya que está enraizado en razonamientos ilógicos, causas quijotescas, emociones colectivas como el rencor de clase y el revanchismo político.
Esta transformación es inevitable y no se detendrá, ni siquiera si se revierten todos los cambios realizados en la legislatura o en la política nacional. Sin duda, estamos ante una nueva época para el país.
Desafortunadamente, no parece ser una época brillante, ya que por las venas de la 4T no corre honor, nacionalismo, democracia ni razonamiento. Lo que fluye es veneno.
Aunque aún no ha tenido un efecto destructivo sobre sí misma, ese veneno ya está afectando a los opositores, quienes hoy agonizan. Sin embargo, tarde o temprano, la toxicidad se revertirá. Recuperarnos de ello será un proceso largo y difícil, pero esa es la realidad de nuestra nación: somos un pueblo que parece no estar completo si no padece de una buena cantidad de males.
Esta es mi visión de la actualidad en México. Como mencioné, es una manifestación periodística de humor gráfico de opinión, aunque estoy seguro de que a nadie, o casi nadie, le causará risa.