El diagnóstico a la fecha

Todos tenemos una gran confianza en la persona del doctor Hugo López-Gatell, quien se ha encargado de encabezar la gran guerra de los mexicanos contra la pandemia del Covid 19, pero su situación como figura pública y elemento indispensable en la administración federal, lo ha mostrado como una personalidad ligeramente dividida.

Por un lado, está el científico experto en epidemias, completamente versado en el tema y satisfactoriamente capacitado para comandar los esfuerzos, y por otro, la participación en el llamado gobierno de la cuarta transformación que lo ha colocado en una posición ligeramente incómoda, ya que por órdenes de los encargados de la imagen gubernamental debe corregir constantemente la información que da al público y hacer comentarios completamente subjetivos y dentro del contexto de las creencias populares, que se contraponen a las del método científico.

Un ejemplo fue cuando infirió que el presidente era inmune el coronavirus ya que estaba protegido por un escudo de moral. Este monero cree que ni el papa Francisco se sentiría a gusto con semejante aseveración, si la hicieran sobre su persona.

Salvo ese y otros pocos momentos incómodos el doctor Gatell (como se le conoce popularmente) parece que lleva la batuta en esta campaña trágica pero heroica, con buen pulso y admirable fortaleza.

Ojalá el salpullido que le causa la intervención ridícula de la 4T, se le quite pronto y pueda hacer mejor, así sin obstáculos, su admirable trabajo.