
El uso del pasado
«No titubeen, desaparezca en el INAI»
Esa fue la orden del actual presidente de la República Mexicana a los senadores y diputados de su partido y de los partidos comparsas que lo respaldan. No solamente demostrando su desvergonzada actitud golpista, su desprecio por la separación de poderes (lo cual sin duda es un sinónimo de autoritarismo y dictadura), la seguridad en el servilismo de sus correligionarios (aunque algunos como el senador Monreal ya le están pensando) y el miedo que tiene hacia la transparencia y la rendición de cuentas.
Es de llamar la atención que normalmente los gobiernos de izquierda del mundo tienen una tendencia exagerada precisamente a la búsqueda constante de la observación ciudadana hacia las autoridades. Esta herramienta, el INAI, que costó tanto trabajo construir desde el fuero civil, es la que ha arrojado a través de investigadores ciudadanos, tantos señalamientos a los gobiernos anteriores y al presente, que ha probado en mucho su valía. Justo lo que más le duele a Andrés Manuel, que los medios de comunicación y los críticos tengan acceso a la información que puede ensuciar su gran engaño mesiánico ante el pueblo crédulo que hasta ahorita le ha dado todo su apoyo incondicional.
Obviamente si está buscando desaparecer el mecanismo de transparencia que puede otorgarle a los ciudadanos el poder de revisar sus cuentas y procedimientos, ES PORQUE ALGO ESTÁ OCULTANDO. Disculpe usted que levante la voz este monero, pero se concluye que si lo que está a ojos vistas es escandaloso a pesar de que él quiere desviar la atención con evasivas y sus cuentos de otros datos, lo que está ocultando debe de ser la capa de corrupción más horrenda que puede uno imaginar.
Pero ahí no acaba la cosa el señor presidente no solamente quiere acabar con esta institución tan importante para la democracia mexicana, y qué forma parte de su demolición institucional del estado mexicano, tras la cual el futuro es sumamente incierto para nuestra república.
La extinción del INSABI (instituto creado por el mismo gobierno de AMLO para sustituir el Seguro Popular que funcionaba bastante bien), de la Financiera Rural (una institución vital para el campo mexicano); las modificaciones en la ley minera que francamente fastidian a varias empresas privadas y por supuesto benefician a su protegido Napoleón Gómez; modificaciones a de la ley del espacio aéreo en favor de su militarización, al igual que la iniciativa para que el tren Maya sea manejado por el ejército mexicano (porque seguramente es un tema de seguridad nacional y protección de la soberanía); Cambios demoledores en el CONACYT; Se autorizaron cambios en la ley sobre la edad para ser diputado y ministro del gobierno, leyes misteriosas sobre la producción de fentanilo, y a leyes de tránsito y vialidad. Todas estas son reformas ventajosas y alarmantes en su mayoría o fabricadas a vapor y capricho. Un verdadero golpe legislativo que debería de avergonzarnos como generación en los anales de la historia en los que se está registrando.
Parece que esta demolición institucional hecha por un partido es sin duda la muestra del verdadero rostro de quien gobierna actualmente. Se acabó por fin la imagen de Santo. Se acabó el baño de pureza mesiánico que ya era imposible de sostener para el Peje. Quedó claro desde hace tiempo que sus mantos incorrupto y franciscano eran totalmente falsos, pero a esa revelación que ha sido ampliamente divulgada por los medios de comunicación sobre los que él no tiene control (Y que todos sabemos que eso le pudre el hígado) se une por fin el verdadero rostro de un autócrata, un tirano , un déspota, un dictador, el rostro del mismísimo diablo.
Y da verdadera tristeza que aún hay ciudadanos libres, con bastante entendimiento, que viendo esta barbarie lo defienden.
Cualquiera que alguna vez haya sentido en su corazón las palabras inmortales de nuestro Himno Nacional y haya comprendido el deber que tiene como ciudadano al entonarlas, no puede seguir sosteniendo defensa alguna de esta pantomima de gobierno.