Ironía
Mire usted, querido lector: Dejémonos de delicadezas para hablar claro. Este cartón efectivamente saca de contexto las palabras del presidente, donde dedica su gobierno de forma figurativa a Benito Juárez García. En su discurso, pronunciado en la fecha del natalicio de este prócer, habló de cómo se ha inspirado (supuestamente) en los hechos del héroe de la Reforma.
Dado que es algo muy personal, no podemos cuestionar si realmente se inspiró en él o si es solo una pantomima. Habrá muchos que verán acciones de López Obrador que contradicen el espíritu juarista. Uno de los más importantes es el respeto a la Constitución y las leyes. Otro es el gran principio de no intervención con otros países. No olvidemos que el hecho de que haya cerrado acuerdos con países como España o Estados Unidos no aplica esta doctrina juarista a otros países afines a su gobierno, como Venezuela y Cuba. La doctrina juarista se aplica a todos los países, no solo a los que convienen al presidente.
Pero el objeto de este cartón, querido lector, no es hablar de la relación de López Obrador con la figura real de Benito Juárez. Sino que, haciendo escarnio de sus palabras, este monero acepta que las ha sacado de contexto, pero para ilustrar una actitud que debería ser más clara y notoria, especialmente en lo que respecta a sus dichos y hechos en relación con la austeridad franciscana que promulgó al comienzo de su mandato. Pasó de un Tsuru a una camioneta y de una modesta casita a un palacio virreinal. Además de los concebidos escándalos de su gente en fraudes como el de Segalmex, y de sus parientes con los sobres amarillos y los tratos de sus hijos y amigos.
Sabemos que muchos de los billetes con la cara del presidente Juárez están en la órbita íntima del presidente y que son de procedencia lejana a la honestidad juarista. Eso es todo lo que queremos ilustrar en este cartón. Este monero se disculpa humildemente por sacar de contexto las floridas palabras del presidente para hacer un cartón que ilustre esta otra vergonzosa situación que realmente afecta a todos los mexicanos. Pero así es el anima jocanti, la licencia poética de los moneros.