![](https://sanluispotosi.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/01/emilio-ulloa-1-107x70.jpg)
Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
En este espacio he publicado varias contribuciones para señalar la tendencia y decisiones recientes, como política pública con despropósito, y sus impactos presupuestarios a la ciencia, tecnología e innovación, CTI, en México.
He señalado que los recortes son palo dado para Centros Públicos, CPIs, de investigación, tanto para los sectorizados como para los coordinados por CONACYT.
Ante los recortes el director del CIDE, uno de los CPIs coordinado por CONACYT, quizá el más conocido en el ámbito político, ha calificado el recorte como un presupuesto en tiempos de guerra.
Está muy equivocado, en tiempos de guerra, durante las crisis en y entre naciones, los estatistas inteligentes invierten en CTI.
Uno, que ha ganado popularidad por las circunstancias, es el del británico Alan M. Turing (1912-1954); matemático fundador del criptoanálisis, ciencia matemática que como herramienta usa ciencias computacionales. Un genio que abrió temas que, aun en nuestros días, es una ciencia activa y boyante para la ciberseguridad, por mencionar uno.
Un genio que generó avances para descifrar los mensajes encriptados por la máquina alemana llamada ENIGMA. Dos años de investigación en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Diversos historiadores coinciden que ese producto de CTI, el criptoanálisis, fue un elemento decisivo en el rumbo del conflicto bélico global.
La popularidad la detona un filme reciente, en México le llamaron Código Enigma (The imitation game, Morten Tyldum, 2013), la película crea un grado de aceptación social para la CTI.
Pero hubo cientos de científicos en ambos lados del conflicto armado mundial. Los resultados de Turing ayudaron a resolverlo, pero del otro lado los científicos matemáticos crearon la máquina criptográfica.
El proyecto Manhattan resultó en la bomba atómica, los científicos rusos avanzaron en la de hidrógeno. Los alemanes avanzaron en lanzamientos intercontinentales, preámbulo de los vuelos transcontinentales.
Una reflexión simplista, de primer plano, podrá llevarnos a la errónea conclusión que la CTI produce muerte. Lo que produjo muerte fue el conflicto armado, la CTI ayudó a resolver la crisis.
Pero no es el único tipo de crisis de impacto global que la CTI ha ayudado a resolver: La del VIH-SIDA; ébola e influenza H1N1, hay mas ejemplos.
Recientemente tratamientos y vacunas para SARS-CoV-2 por COVID-19 están en pruebas, incluso alguna empresa ha dicho que está en capacidad de producir miles de millones de vacunas para COVID-19 anualmente. Mil millones en cinco meses, aún falta garantizar su efectividad probada, que el coronavirus no desarrolle resistencia por mutación, u otra biorespuesta, y verificar si se requerirán refuerzos de la vacuna.
La empresa producirá en masa la vacuna, pero la síntesis y diseño de la vacuna se hizo en una institución con base en la CTI; se reporta que en Oxford.
Una vez mas, cualquier estatista inteligente invierte en CTI durante tiempos de crisis. Aquí no sucede eso.
Aquí se trata el mismo resero, la misma rasqueta, para todos los sectores públicos. No es una decisión inteligente.
Es claro que el traslape de la crisis económica con la de salud hace complejo al entorno.
También lo es que se requieren ajustes presupuestales en el ejercicio público. Pero ni en salud ni en CTI deberían suceder si los razonamientos tuvieran base de intelecto; aquí, en México, no es así sino mas parece obsesión obcecada, no es claro qué base tienen.
Churchill invirtió en el proyecto de Turing, en esos entonces no fue el único proyecto CTI financiado por el estado británico. Aunque no todos dieron resultados esperados, la historia muestra que en CTI debe invertirse, es experiencia aprendida.
EL recorte del 75% a los CPIs es suicidio, es fatal, enfila a la extinción. Quizá ese sea su razonamiento, su plan. Pero no es uno de estatista inteligente.
La inversión actual en CTI para la crisis en salud, unos ventiladores sin entregar, ¿y el poder legislativo?