Economía en sentido contrario: Banamex
Seguramente se ha topado usted alguna vez con un niño o persona con síndrome de Down y sentirá una extraña corriente de amor y paz que surgen al observar su sonrisa y su mirada llena de candor.
Niños Índigo, seres de cristal o mensajeros considerados para cumplir una misión de conducir a la humanidad a un estado superior de la evolución.
Los conceptos sobre los Niños Índigo o Seres de Cristal, cuya manifestación más común son las clasificaciones de Down, autistas, superdotados en Coeficiente Intelectual y aquellos cuyo carácter, capacidad de socialización con el Mundo «normal» chocan entre la ciencia y teosofía sobre qué son, de dónde vienen, pero que generan gran atracción entre los seguidores de la teoría sobre la Corriente de la Nueva Era o New Age, derivado en gran parte por el estrés e incertidumbre que genera el caos actual en que se debate la raza humana y la búsqueda de una salida.
Se les considera también como un mito pseudo científico porque aparentemente la ciencia no tiene evidencias de que haya algo especial en ellos, si no condiciones psicobiológicas que los llevaron a ese estado.
Sin embargo, para la teosofía que es el sistema filosófico, religioso o místico cuyos seguidores creen estar iluminados por un espíritu superior de forma que pueden acceder al conocimiento universal mediante su intuición, esos seres no son ningún accidente biológico.
Buscan, de acuerdo con esta filosofía la pacificación, la verdad y el equilibrio entre lo intuitivo y lo irracional, con lo cual conseguirá que la humanidad se enfoque hacia el bienestar por medio del cambio espiritual y humano.
Los Niños Índigo o de Cristal perciben con facilidad la falsedad y la mentira; se sienten diferentes a los demás porque su personalidad no empata con los modelos tradicionales de convivencia educación y conocimiento; tienen un alto grado de espiritualidad a su manera y en algunos casos dones síquicos.
No son seres de la actualidad pues ya en tratados metafísicos, sánscritos del siglo XVIII a.C. son mencionados, pero en la actualidad la mayor comprensión hacia las diferencias enormes entre seres humanos les ha dado mayor atención máxime, repito que buscamos vertientes por dónde encontrar formas de parar el desorden mundial que hemos provocado.
Mito o fantasía lo cierto es que los seres de luz como los Down están entre nosotros y entrar en contacto con ellos nos produce un estado de armonía con solo observar sus miradas, su sonrisa y su ausencia de malicia.
Esos seres hay que reconocerlo, tienen una mayor capacidad de empatía que irremediablemente nos hace voltear a verlos y a sentir algo especial frente a su presencia.
Su nombre, en el caso de la índigo deriva del color azulado de su aura. Están aquí, en nuestro entorno cotidiano y eso no es ninguna utopía.