Eje sospechoso Madrid- Oaxaca
Nuestra gran nación fue fundada con principios de democracia y libertad que se fueron fraguando durante sus primeros años. Es sabido que algunos de los fundadores de nuestra nación, esos que en su momento realizaron la insurgencia independientista, contemplaban otras formas de gobierno, pero al final de cuentas se impuso la decisión de una mayoría. Nuestra república se creó basada en una administración pública dividida en tres poderes principales. El poder legislativo está comprendido por dos cámaras que crean y sancionan las leyes en nuestro país. El poder ejecutivo se dedica principalmente a llevar a cabo las acciones de gobierno que esas leyes indican. Y el poder judicial que sanciona dichas acciones y determina si se han aplicado las leyes de la forma correcta. Todo gira en torno a la ley. La constitución política no solamente es el centro de donde emana esta ley, es también la fuente de estos poderes que forman el gobierno de nuestro país. Se estableció una división de poderes en las que ninguno debía atropellar al otro, cada uno en sus funciones debe de actuar por el bien del país según la ley y según su interpretación. Cada vez que uno de los poderes se inmiscuye con el otro se suceden crisis políticas importantes.
Actualmente el movimiento pseudo ideológico denominado la cuarta transformación ha copado completamente al poder legislativo, no solamente al ser elegidos sus representantes públicos, sino que ha construido alianzas dentro de las cámaras con suficiente capacidad para crear y destruir leyes. Por supuesto el poder ejecutivo es donde está más arraigada esta mafia política. Y ante los intentos de introducir en el poder judicial a la fuerza a personas ligadas a esta corriente, intentando vulnerar la ley aumentando el tiempo de los ministros, imponiendo ministros de dudosa capacidad y comprometida imparcialidad, ahora se pretende reformar jurídicamente al propio poder judicial buscando la elección de sus miembros cuando eso significa una aberración democrática. Al no conseguirlo el Peje y su mafia han minado los recursos de esta institución intentando con ello doblegar al poder judicial.
La 4T alega que existen privilegios y con esa bandera arremete de forma cruel y destructiva a los jueces y ministros. Pero se olvida que detrás de estos poderes existe una nación, un pueblo que en su gran mayoría repudia estas acciones y ve el peligro que significa el perder la división entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Incluso fervientes seguidores del presidente cuestionan severamente las acciones realizadas. Algunos tristemente solo guardan silencio.
Hay quien ya avisa de una contrarréplica por parte de los tribunales, se habla de que algunos de los procesos que se siguen sobre políticos de la 4T que estaban detenidos o congelados serán revisados y alentados por los tribunales. Al son de “el que nada debe, nada teme” algunos de los morenistas empiezan a sudar frío.
Sin embargo, este monero francamente preferiría que las cosas no llegaran a ese punto. Esto supondría que el ejecutivo y sus arrastrados del legislativo buscarían volver a atacar pero con un poder superior. El único poder superior por encima de estos tres mencionados y que todos sabemos es un poder real y últimamente ha sido comprado por el presidente es el ejército. En una de mis peores pesadillas he previsto que las botas militares pisoteen las togas del poder judicial. Si siguen avanzando las cosas por el camino que el presidente está marcando, esto podría suceder. Aún tenemos tiempo de diálogo y si no, en todo caso de alzar la voz. Aún es tiempo de las urnas y de evitar este futuro atroz. Debemos hacer y decir algo, cuanto antes mejor.
Dedicado a mis compañeros de la Patiza.