Itinerario Político/ Violencia y Miedo atemorizan a votantes
No vamos a celebrar más de lo que es. Un mexicano que cumplió con su deber, a pesar de haber sido el líder de un organismo electoral que se vio cruelmente asediado por el gobierno de la nación. Un ciudadano respetable que fue elegido para un puesto vital en una institución importantísima para nuestra patria, pero que tuvo que resistir el embate de medios, redes, manifestantes, fanáticos, linchamientos públicos, y un ser caprichoso y ególatra, que desde el poder quiso convertirlo en el chivo expiatorio que pagará las desavenencias que la historia le hizo pasar, Porque Andrés Manuel López Obrador no solamente se siente el ungido, sino el cordero que fue sacrificado y resucitado y que hoy tiene que hacer pagar a quienes lo maltrataron a toda costa. Aún cuando estas personas lo único que tenían que hacer era el trabajo que la nación les encomendó y a través de las leyes que la constitución marcaba Aun cuando las personas en realidad no fueran los agraviantes, pero ante sus rencorosos ojos sean quienes debían pagar el pato.
Lo que nuestro presidente ha evitado recordar durante estos años, es que él decidió acceder al poder utilizando este nuestro sistema instituido, imperfecto, pero reconoció como el mejor que podíamos tener, y que viene instituido tal cual en la constitución, en la constitución que él juró respetar. Su afán de reformar y revolucionar el país a su gusto y antojo, que no en beneficio del país, sino de su ideología personal, lo hace un contendiente, que cuando menos y de forma casi automática contará con detractores. El le llama conservadores. Le llama a conservadores a todos aquellos que quieren respetar la ley, porque como él lo dijo en su momento “ a mí no me vengan con que la ley es la ley “ demostrando que él carece de total respeto a las reglas del juego. Las reglas del juego que, repito, lo llevaron a ese poder que precisamente intenta utilizar para desgranar la máquina que apenas sostiene a nuestra nación y sus instituciones democráticas, productivas y de legalidad.
Muchos de nosotros estamos conscientes que en el momento en que fue elegido como presidente, él se creyó que tenía un cheque en blanco para hacer con esto, lo que sus gónadas le dictaran. No dudamos de que tiene una visión que en parte es bien intencionada, pero ha resuelto entre otras muchas malas decisiones, hacer cosas buenas, aunque parezcan malas. O como dicen los maquiavélicos, cumplir su meta por muy buena que esta sea, a pesar de las cosas malas que tenga que hacer para lograrlo. Para él el fin justifica los medios.
Lorenzo Córdova, como todo ser humano, tuvo sus errores, errores terribles que lo desacreditarían en el juicio de la historia, si no hubiera hecho lo que hizo por sostener a nuestra institución más entrañable, el Instituto Nacional Electoral. A él le tocó esta terrible época, en donde el actual presidente de la República se decidió a minar y destruir este organismo reconocido internacionalmente y que nos costó tanto trabajo a varias generaciones formar, a pesar de que vivíamos dentro de una dictadura terrible, pero que se logró a través de medios pacíficos y democráticos instituir. Por aquel entonces el llamado IFE era una masa amorfa con muchos errores que se fueron puliendo en el camino, pero en su esencia, se sostuvo como nuestro único bastión de defensa de la democracia, de la mano del Tribunal Electoral del Poder Judicial.
Después de sus dos andanadas, el plan A y el plan B, López Obrador llegó a su última posibilidad, destruir el INE desde adentro, y ya como general troyano, introdujo a personalidades afines a su movimiento y voluntad, que le facilitarán en cierto grado su misión de hacer nuestra democracia algo propenso a la dictadura que viene soñando él y su equipo de trabajo, para perpetuarse en el poder tal y como lo hizo el PRI durante siete décadas.
La lucha de Lorenzo Córdova al frente de este instituto ha terminado, esperemos que su voz no se apague, y tenemos confianza en ello, porque ha tenido una gran participación como experto y periodista. Pero no debe de ser el único que cuide nuestro sistema, nuestro Instituto, nuestra democracia, debemos de ser todos los ciudadanos conscientes, los que le digamos al Peje si quieres jugar, juega con nuestras reglas, si quieres destruirlo todo para remendar las cosas a tu favor, entonces atente a las consecuencias, el pueblo no es tu juguete, ni estamos dispuestos a dejarte hacer lo que te venga en gana.
Este monero, a pesar de los sinsabores en la historia de Lorenzo Córdoba, se quita respetuosamente el sombrero, en honor a su valentía y dignidad, se reconoce el que haya hecho su trabajo como se debía de esperar de una persona que llegó en buena lid hasta ese cargo tan relevante, sus huellas han quedado en la historia y espero que sean indelebles y nuestra nación nunca caiga en la ingratitud de olvidar el esfuerzo que hizo frente al Instituto Nacional Electoral de la República Mexicana.