Libros de ayer y hoy
Autor: Oro
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Pues el presidente de la república nos hizo el favor de compartir a sus candidatos para la sucesión presidencial. Rocío Nahle, Tatiana Clouthier, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente y el potosino Esteban Moctezuma fueron ungidos por el señor presidente a la vieja usanza de las huestes priistas que pedían siempre ser señaladas por el sagrado dedo del Gran Jefe sexenal, con la diferencia de que ninguno de los presidentes del siglo pasado que señalaron a sus sucesores eran los dueños y fundadores del partido en el poder, como si es en el caso de MORENA.
Es claro que en el partido al cual pertenece y le pertenece Andrés Manuel López Obrador no se mueve un hilo sin que él esté enterado y otorgue su aprobación, pero precisamente como este Instituto Político tiene las estructuras más endebles a causa de que es de muy reciente creación y sus bases e ideario político están basados prácticamente en las inflamaciones gonádica del supremo líder mesiánico, se nota la actividad subrepticia de otros candidatos que se han apuntado a la posibilidad, fuera de este six pack de nominados, como es el caso de Ricardo Monreal, Hugo López-Gatell, Mario Delgado y hasta externos como Ricardo Salinas Pliego.
Ni siquiera se ha enfriado el cadáver de las pasadas elecciones cuando el presidente lanza a la caballada como todo un Miguel de la Madrid o un Carlos Salinas de Gortari enfrentándose en el ring de la política contra los aspirantes que desde hoy empezarán a tratar de bajarlos. Si no me creen observen las ondas telúricas posteriores al accidente de la línea 12.
Algunos de ellos son referentes dentro del partido y otros apenas participan tangencialmente. Pero el presidente con su sardónica risa nos pone a estos incipientes políticos en el escaparate para que especulemos y teorizemos sobre cuál va a ser el bueno (a la vieja usanza risita). Aunque muchos han dado siempre por ganador a un par de ellos, hay otros que han creado méritos recientes y otros más que han demostrado sus capacidades maquiavélicas para anclarse en la lucha, aun cuando no han sido tocados por la bendición del Gran Mesías tropical.
Siempre es entretenido ver cómo se dan estos avances y retrocesos como en un enorme tablero de serpientes y escaleras, que lejos de parecer un sofisticado enfrentamiento de ajedrez parece una jauría de perros arrebatándose el cadáver seco de un gato atropellado. Y no es que otros partidos estén exentos de estas maquinaciones. Hay algunos como el PAN que hace 3 años se vio envuelto en una rebatinga parecida donde Ricardo Anaya demostró tener más nivel en el juego de tronos que los demás contendientes. O por ejemplo en el caso del PRI, también hace tres años, se tuvo una decisión más clara y menos democrática que resultó en una tranquila sucesión infructífera de José Antonio Meade.
Se nota en la sonrisa del presidente que está gozándola como aquel tío que todos tenemos y que, en la fiesta familiar, con apenas con dos cubas, de repente anuncia a todos los sobrinos qué va a hacer un truco de magia, que él espera sea sorprendente, pero que resulta en una bobería que hasta el más joven de la generación se da cuenta del truco y exclama “eso no da risa”. Me imagino a un joven Andrés Manuel hace 30 o 40 años saboreando la entonces apasionante lucha por ser el tapado, lucha que se daba dentro del priismo de la dictadura perfecta. Él lo vivió todo, si sabía los rumores chismes y hechos que llevaron a tejer la intrincada red de palancas compadrazgos y cabildeos dentro del partido único hasta que los grupos decepcionados porque nunca les tocaba la rifa comenzaron a emanciparse.
Ahora, como quien tiene un hormiguero en un frasco de cristal, Andrés Manuel cree qué está reproduciendo de nuevo el mismo teatro de su época, en donde él tiene el control en su trono bien ajustado al estilo del maximato o del reino de Atlacomulco. Como diciendo Yo les voy a enseñar cómo se hace.
Y el pejelagarto de Macuspana nos enseña que su escuela el priismo le dejó una importante carga genética que hoy siembra en su partido. Hoy vemos destapes, dedazos y por supuesto la Mano Negra del cacique, pero en una institución política endeble y llena de pequeños grupúsculos que están listos para separarse cuando el rey se jubile. La 4t o morena son conceptos políticos tan arraigados a la piel y las venas de Andrés Manuel López Obrador qué este monero ve casi imposible que pueda entregar el paquete como una estafeta a quien quiera que sea el sucesor.
Está tan lleno de su ADN que sería imposible verlo en manos de cualquiera de los arriba mencionados. Por más que quieran Ebrard no es AMLO. Sheinbaum no es el peje. Moctezuma no es el ganso. No tienen ninguno de ellos las suelas llenas de la tierra que ha pisado Andrés Manuel. No han estrechado las manos ni han vociferado las promesas falsas o los insultos chirriantes y picarescos de su amado líder. No tienen la piel morena ni el cabello Cano. No tienen ese hablar cansino que a muchos nos dejó hartos tan sólo en los primeros meses de su campaña presidencial. Definitivamente esos zapatos de payaso no los llena ninguno de ellos.
Pero López obrador se divierte mientras tanto. Da golpecitos en el cristal de su Hormiguero y las hormigas se agitan buscando por todos lados. Y nos invita como el tío mago a mirar hacia un lado mientras esconde el pañuelo en el otro sentido. De una forma extraña perversa y hasta endiabladamente simple eso es lo que ha hecho durante estos tres años. Distraernos y engañarnos cómo un robusto obeso escondido detrás de un delgado poste. Cómo los niños que creen que porque ellos al estar tapado sólo de sus ojos son invisibles para los demás. Sus absurdos y torpes remedos de su priismo torcido y piratón, sólo engañan a quién verdaderamente quiere ser engañado. Los solovinos les llama él y nosotros les decimos chairos.
Pero conforme el rey pasa a su retiro y busca poner pronto a su elegido tan cerca del trono como le sea posible, la realidad de su gobierno le viene siguiendo como una pesada sombra arrebatándole la fuerza a su proyecto poco a poco mientras vemos cómo entrópicamente se va desgastando. Este monero se atreve a predecir una granizada. La 4t se desmoronará entre las espaldas y la sombra de su Caudillo. Andrés Manuel verá deshacerse su partido como arena entre sus dedos. Tendrá que hacer fuertes alianzas con otros partidos que sostengan como armazón externo a su ruinoso partido. Eso o intentará la reelección.
Es la verdad. Hace mucho tiempo que no veíamos un fenómeno político como éste basado principalmente en el populismo y la figura de un solo hombre. Y el poder centralizado de esa forma conlleva tantos problemas a una nación que los griegos alguna vez al pasar por esto decidieron encontrar una nueva forma, mejor y más justa de regirse, terminaron con las monarquías y proyectaron el sueño democrático. Hoy que la democracia en su propio concepto se ha vuelto anquilosada y desvirtuada, enferma de varios males que le acechan y le achacan, debiéramos insistir en buscar una nueva forma de gobierno como tal vez una democracia 2.0 o alguna otra forma de llamarle, porque desgraciadamente ya hubo quien hackeo el sistema y se encuentra sumamente vulnerable. Mientras sucede veremos la caída y nacimiento de muchas corrientes ideológicas o pseudo políticas mientras vivimos el experimento macabro, como un hormiguero en un frasco de cristal, cortesía de un tal AMLO.2 archivos adjuntos