El episcopado ante el ‘segundo piso de la 4T’
En las aguas del desastre, vientos de sofisma y demagogia soplan en México.
En otra semana para el olvido, el presidente escogió otro versículo bíblico para responder a las críticas que arrecian.
“Lo que da la izquierda no tiene por qué saberlo la derecha”, dijo en su segunda gira por Tabasco, parafraseando el evangelio según San Mateo, capítulo 6.
Sin embargo, nuevamente se equivocó en la interpretación de los conceptos… o quizá él así ve las cosas.
Confunde dádivas y limosnas con lo que es la obligación de un mandatario. Él quiere dar todo en propia mano, para que quede claro quién fue el benefactor.
Pero la Biblia habla de limosnas; la Constitución habla de obligaciones del Estado, sobre todo ahora, que eliminó el FONDEN.
“Cuando haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres. De cierto os digo, que ya tienen su recompensa”.
“Mas, cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en secreto, él te recompensará en público”.
Se confunde el Presidente, y esa es la cosmogonía con la que resolvió él, y sólo él, todas las disputas en torno al reparto de los bienes de la Nación.
El manejo del Presupuesto federal es, hoy por hoy, instrumento de control exclusivo de López Obrador. “Él reparte los panes”, hágase la obra del señor.
Existe mucho dinero volando, principalmente el del Fondo de Salud; de éste, no se tiene claridad de cuánto y cómo se aplicará.
Literalmente, andan perdidos 58 mil 600 millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar y de los fideicomisos extinguidos hace unas semanas.
El presupuesto del Tren Maya se incrementó 1,300% mientras que el de Santa Lucía 283%.
Todavía falta contabilizar el presupuesto para el Banco del Bienestar, que el año pasado cerró con números rojos y las 100 universidades, de las que no se sabe cómo están funcionando en la pandemia.
En contrapartida, no está claro el destino de 33 mil millones de pesos del presupuesto del Fondo de Salud, ni los recursos obtenidos por la presunta venta del avión presidencial.
El diario Reforma revela que a los diputados «se les perdieron» 58 mil 600 millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar y de los fideicomisos extinguidos hace unas semanas.
Por eso el presidente introdujo al debate presupuestal, sus críticas a los medios de comunicación, a empresarios e ideólogos, críticos y demás “adversarios”.
En un intento por ahogar la irritación de tabasqueños, chiapanecos y millones de mexicanos, el trató de hundirnos a todos en las aguas del desastre, quizá esperaba que, por sus bondades, y por repartir dinero en mano, todos los mexicanos le quemáramos incienso
Arranca la etapa de persecución política vs adversarios
Es increíble como el actual régimen ha iniciado una escalada de persecución política contra todos aquellos a los que considera “adversarios”.
Lejos de presentar pruebas, ha destapado acusaciones contra periodistas, politólogos, empresarios que no comulgan con sus ideas. Incluso contra aquellos a los que alguna vez aduló.
Sin embargo, la estrategia esta vez no funcionó. Por repetida, se ha vuelto ineficaz. Es evidente que el mandatario intentó desviar la atención de la grave emergencia que vive precisamente su estado natal: Tabasco.
Para estas horas, son más de 120 mil damnificados, luego de tres semanas de discusión sobre el manejo de las presas, que López Obrador llamó, orgulloso, “un modelo en el manejo de presas”.
Les fallaron los cálculos a sus ideólogos y hoy el tema es motivo de una disputa política y legal entre Adán Augusto López, gobernador de Tabasco y Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad.
En un régimen auténticamente democrático, esto podría derivar en responsabilidades penales, y pondría en los tribunales a Bartlett y al gobernador de Tabasco, por lo menos.
Pero podría ir más allá…
Hace 13 años, López Obrador planteaba todo un diagnóstico sobre la presa Peñitas, tema que parecía dominar ampliamente.
Al llegar al poder, todo se le olvidó. En aquel entonces él mismo presentó una denuncia penal. Hoy, todo son justificaciones y evasivas, al viejo estilo PRI.
Pero las palabras no se las llevó el viento… https://twitter.com/i/status/1327004760327790594
Es paradójico: mientras unos tropiezan dos veces con la misma piedra, él tropezó con la piedra que lanzó.
Hoy, el presidente convierte en pecado político el que sus opositores se coaliguen para formar un bloque crítico en su contra. En un sistema democrático sería hasta natural.
De hecho, él hace poco dijo que debiera disminuirse el presupuesto a los partidos y dejar sólo dos bloques: el de los liberales y el de los conservadores.
Ahora que las aguas se decantan, se da por ofendido.
Dicen, los que han visto de cerca las obras de Santa Lucía, que el proceso de militarización del país va acelerado, igual que las obras del aeropuerto. En suma, el país va por ese derrotero.
Puertos marítimos y terrestres estarán ya controlados por Ejército y Marina. Rosa Icela será otro ladrillo en la pared.
La banca, en cuanto esté el Banco del Bienestar, empezará a socavar a la banca privada. Las 100 universidades, cuadros de leales.
Baste observar fríamente el presupuesto y detectar los rubros ganadores. AMLO quizá no pueda, por edad y capacidad, perpetuarse en el poder. Pero hay otros jugadores que podrían manifestarse en el 2024.
TRAMOYA
Por cierto, que curioso. Resulta que AMLO acusó a Natividad González Parás, ex gobernador de Nuevo León, de haber sido uno de los que operó en 2006 con el PAN, para cometer lo que llamó el “fraude de Estado”, para quitarle su presunto triunfo por la presidencia de la República.
Pues resulta que hoy el Jefe de Prensa de doña Olguita Sánchez Cordero en Gobernación, es ni más ni menos el que fue Jefe de Prensa de Natividad González Parás en Nuevo León. Su nombre: Omar Cervantes. Una de dos: o AMLO no sabe; o la información para hacer esas afirmaciones por ahí sale.