Ironía
El mundo sigue puntualmente respuestas de cada país ante coronavirus 19, así como sus previsiones para contener daños económicos. México es observado con estupefacción. Medios internacionales difundieron semana pasada notas que generan autoridades mexicanas sobre contagios y muertes, por imprecisas o inconsistentes (esconder 60% de muertes), y de deficiente gestión sanitaria: saturación de hospitales y crematorios en el Valle de México, improvisación en atención a pacientes; insuficiencia de medicinas y equipos de trabajo; contrataciones de personal y equipo apresuradas y opacas. Vinieron de los López reacciones paranoicas, no aclaraciones.
Notas resaltan que el presidente aparece por todos lados sin tapabocas; su falta de empatía con enfermos, enfermeras y médicos (los acaba de difamar de mercantilistas) y con empresarios (sálvense como puedan); anotan su sonrisa burlona o sarcástica ante dolor humano, desconectada del momento emocional del pueblo (10 de mayo dedicó video con “Amor Eterno” a las madres…difuntas ¡y lo bajaron por pirata!).
Hipertensión e infarto cardiaco del 2013 aparte, deducen desconexión neuronal, y también de su equipo de gobierno. Este lunes, otra vez vuelto al pasado: “conmigo o contra mí”, maniqueo. “El fascista –sociópata- habla todo el tiempo de corrupción. Acusa, insulta, agrede, como si fuera puro y honesto” enseñaba Bobbio. ¿Y Barthlett, apá?
Conexión entre neuronas es sinapsis: donde se transmiten impulsos nerviosos -señales a cada célula-, clave en el proceso de gestión y control del cuerpo, y así, las neuronas controlan los procesos químicos y físicos del cuerpo para permitir su sincronización (activación e inhibición a conveniencia). En procesos sinápticos existen dos elementos opuestos: la neurona encargada de pasar la señal, y la receptora. Desconexión son mal de Parkinson, epilepsia. Hoy se percibe, además, a secretarios como la de Gobernación o de Hacienda, o jefe de la Oficina presidencial, sin que les pase señal, inhibidos, y al de Relaciones Exteriores, como única neurona receptora -para algunos su virtual sustituto-.
Todo líder debe ser visionario, veraz y pragmático, al mismo tiempo; elevarse por encima de fobias y resentimientos para, llegado al poder, convertir en aliados a adversarios de ayer, y evitar alguna parte sufra discriminación; debe percibir múltiples sensibilidades en la población, a fin de que todos los ciudadanos se reconozcan en el cuerpo social en que viven; inyectar armonización social. La eficacia de la conducción política consiste en la debida conformidad de medios con fines.
Si la conducción resulta eficaz, líder y comunidad se identifican al caminar juntos al mismo rumbo y ritmo; ello exige conocer la realidad concreta de una pluralidad de grupos, reconocer la dignidad humana de todos sin excepción, y dirigir al bien común mediante la interacción de liderazgos. Conexión de neuronas se requiere para prever-planear, organizar, integrar, ordenar y controlar. Hoy todo apunta a desconexión presidencial. Conexión política vendrá más desde el ámbito local: empresarios, medios de comunicación, ciudadanos solidarios y autoridades de ese nivel. Así se contendrá mayor fracaso económico que se avecina, y atenderán señales de Parkinson, epilepsia, de neurosis política. Escuchemos.
“Los hombres conocen lo sucedido. Lo futuro lo conocen los dioses, de todas las luces dueños únicos y absolutos. De las cosas futuras, las que se avecinan perciben los sabios. Sus oídos, a veces, en momentos de meditar profundo, se sobresaltan. El rumor misterioso les llega de los hechos que se acercan. Y lo escuchan reverentes…” (Constantin Cavafis, “Poemas”).