Ironía
Autor: Oro
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Sí con alguna nación nuestro país tiene una relación hermosa y complicada es con Cuba.
Desde hace 500 años la historia de México y Cuba se han entrelazado constantemente, desde la rebelde salida de Hernán Cortés a conquistar nuestra tierra, hasta la grosera debacle diplomática de Vicente Fox contra el vetusto Fidel Castro, en cuestiones de poder y política hay sin duda un vínculo fuerte entre los dos países
La segunda mitad del siglo XX protagonizó una de las batallas más largas de la llamada guerra fría, la larga escaramuza que comenzó como una afrenta oprobiosa para Estados Unidos al quedar tan cerca un régimen comunista a escasos kilómetros de sus playas, a lo que respondió con un largo asedio de más de 60 años, orquestando a todos los países del occidente para bloquear en más de un sentido a la valiente Isla que resiste tercamente al paso de los años.
Y a pesar de este bloqueo y resistencia, La Isla que posee el equivalente a un 10% de la población de nuestro país, ha sido desde el triunfo de su Revolución en 1959 una fuente de inspiración e influencia para los mexicanos, no sólo en el tema político e ideológico sino también en aspectos culturales y hasta aspiracionales.
Sin embargo, el patente resultado de esta Revolución nos ha dejado a los mexicanos con un triste desencanto. A parte de los esfuerzos directos llevados a cabo por nuestro propio gobierno contra esa revolución, a solicitud de los Estados Unidos. A nuestro país le Sobró un 1968 que derivó en una generación cuyos sobrevivientes hoy han impulsado la actual administración pseudosocialista elegida democráticamente.
Pero ya no es lo mismo ni en Cuba ni en Estados Unidos ni en México.
Los cubanos que no dejaron su patria en el 59 ante la declaración de un régimen comunista, que se quedaron a vivir y sufrir las consecuencias y que se armaron contra los embates de los Estados Unidos se han cansado de resistir. Los primeros nacidos a partir de este cambio y que han crecido únicamente conociendo los avances y retrocesos de esta revolución, hoy ya son de la tercera edad y fueron adoctrinados para creer que ese era el verdadero sabor de la Libertad, evidentemente algunos han sido decepcionados. Las nuevas generaciones han pasado por algo más que desencanto, igual que en México muchos aspiran a llegar a pisar suelo norteamericano a como dé lugar, con el fin de encontrar una mejor vida como muchos de sus compatriotas dicen haberla encontrado.
Pero en la hermandad política, los desencuentros de la misma categoría se dan en un plano que a veces se olvida de la verdadera frecuencia en la que nos movemos los ciudadanos de ambos países, en este cartón quise de representar a los ciudadanos como niños, que tienen que aceptar las maquinaciones y disposiciones de los gobiernos representados y que muchas veces no reflejan la verdad de su situación y en su nivel.
Puedo decir sin temor a equivocarme que México siente una afinidad fraternal con la isla de Cuba y en particular con su gente, pero también nos llenamos de un gran desazón y contradicciones al sentir que podríamos pasar por una situación tan triste como la que vive hoy su gente y que los ha llevado hoy a elevar sus voces a pesar de que es reconocida la poca tolerancia a la disidencia en Cuba.
Cantamos sus sones e hicimos propios manifestaciones como el mambo, muchos abrazamos con sentimiento la ideología y el arte envueltos en el movimiento de la nueva Trova Cubana, pero vimos languidecer una patria hermana a través de los años, con la tristeza y la precaución de reconocer que existe una realidad, un enorme Tío Sam encima de nosotros que sin problema puede colocar sus manos en nuestro cuello y apretar tan fuerte como sea necesario con tal de que no nos salgamos del redil. Quienes en otro extremo puedan decir que no aprecian al régimen de izquierda instalado en 1959 saben que ha mutado en una tirana dictadura. Pero en cualquier extremo y en cualquier punto medio los mexicanos conscientes no pueden negar que un cubano es un hermano y que necesitan nuestra ayuda.
Es algo inherente a nosotros y que está más allá de lo que significan estas ideologías. Así que no es raro encontrar dentro de nuestros corazones gente todavía más allegada a la situación y a estos hermanos en desgracia. Por ello es de llamar la atención por supuesto que tengamos hoy un gobierno a fin a esta causa y país.
El actual régimen mexicano está formado por políticos que fueron extraídos de la época romántica en que quisimos ser como los barbones con puro, que se burlaban del poderoso gigante imperial. Este monero, acá entre nos, piensa que esta podría ser la última pieza del baile en el que se acarició una pequeña posibilidad de el brote de izquierda latinoamericana, que se lleva esperando por décadas, al ver hoy las gobiernos de países latinoamericanos como Nicaragua, Argentina Venezuela ladeandose mucho o poco hacia esa ideología, que hoy parece imposible que fructifique ya se encuentra abandonada por el gran precursor y enemigo de los Estados Unidos.
Ni a Rusia ni a China le importan un comino ya la situación que viven estos países del tercer mundo que han intentado abrazar por fin el comunismo-socialismo teórico. Un régimen e ideología que ellos mismos han cedido y dejado de llevar al pie de la letra.
Para muchos la caída del muro de Berlín significó El final de la Guerra Fría en 1989, para otros los grandes cambios democráticos en Rusia lo marcaron, pero simplemente el reconocimiento de la intervención de Vladimir Putin en las elecciones de Donald Trump hacen pensar que no fueron tan victoriosos los norteamericanos como ellos pregonan. Y hoy que hacen cuenta de lo que ganaron y perdieron durante esta etapa se empieza a desmoronar la máscara de bonanza que siempre han pintado en la tierra autollamada de la Libertad.
Sus propios problemas tan fuertes y complicados disfrazados de situaciones aceptables dentro de su democrática y capitalista Visión (racismo, violencia extrema, fanatismo religioso, debilidad económica, polarización social y distribución inequitativa de la riqueza con fuertes consecuencias ambientales) están saltando a la vista.
A los ojos de este monero los 60 años de bloqueo económico contra Cuba han dejado estragos y la resistencia Revolucionaria de esta Isla es una triste y a veces aplaudible respuesta pero queda claro que el propio Estados Unidos, en su soberbia, opulencia y su ignominia podrían mirarse pagando una acumulación kármica por este tratamiento de más de medio siglo.
Desde México y aclarando que no es un apoyo a su régimen, decimos ¡que viva Cuba! y mandamos nuestros más grandes esperanzas a los amigos, hermanos cubanos