¡A REFERENDUM! Reforma Judicial
Se vislumbra el panorama político en San Luis Potosí, el ESCENARIO social no es muy halagador, es triste como la ignorancia y la falta de cultura social impera, en un futuro que posiblemente alimente más violencia y desigualdad económica. ¿Se trata de una película? ¿Acaso de un cuento o relato futurista? Puede que sí, o puede que no. Lo más probable es, que esté adelantando acontecimientos, con el riesgo de equivocarme. Pudieran ser, o no, imaginaciones novelescas de este columnista. Pero me temo que no, que no estoy haciendo excesiva ciencia ficción. Si la humanidad potosina sigue su proceso de autodestrucción, estas letras, solo serán unas pequeñas muestras de un ¿lejano? futuro. El ser humano, es el único “animal”, que cuando no puede destruir su entorno, se autodestruye (él mismo, claro) ¿Y por qué este comportamiento? De forma muy resumida expondré mi opinión: El ser humano infrautiliza su cerebro “pensante”, el córtex y neocórtex, aquellos módulos que nos convierten en una especie superior y que debería diferenciarnos algo más de otras especies animales. Leer «Yo… ¡cocodrilo!» Edit. Granica, éste libro basa su mensaje en un original argumento: la historia de dos peculiares personajes: Un directivo/ejecutivo, es decir, un “genuino representante de nuestro mundo” y un cocodrilo, un animal muy… pero que muy primitivo…o no. Son dos “vidas paralelas” que se entrecruzan. En cada caso un recorrido desde antes de su nacimiento hasta su muerte, incluyendo su legado póstumo. Y dentro de esta faceta tan especial que tiene nuestra especie ¿qué área es la que más nos falla? Pues sin duda el área “racional”, y dentro de la misma, la capacidad de proyectarnos en el futuro. Está muy bien pensar y actuar en el “aquí y ahora”, pero no debemos olvidar, que el futuro es el presente del mañana, y en ese presente nos encontraremos muchas de las cosa que hemos hecho, o no hemos hecho hoy. Y en ese futuro, encontraremos los resultados de nuestro constante aquí y ahora, pero sin duda, después, si no salió bien la cosa, siempre nos quedará el recurso del lamento, la mala suerte o la culpa fue de…pero la culpa no la tiene el indio, sino el que lo hizo compadre. Se puede vislumbrar un San Luis Potosí como lo proyecta “Equilibrium”, una película norteamericana de ciencia ficción del director Kurt Wimmer producida en el año 2002 y protagonizada por Christian Bale, Emily Watson y Taye Diggs. Libria es una ciudad-estado totalitarista establecida por los supervivientes de la Tercera Guerra Mundial. En ella se han prohibido todas las emociones y los objetos que las estimulen ya que se les ve como la causa de todos los males de la humanidad. Los que incurren en la violación de esta ley son etiquetados como ‘ofensores sensoriales’ y son ejecutados, de la misma forma, todo objeto que sea catalogado como material que estimule las emociones es destruido sin miramientos. La población suprime sus emociones con dos inyecciones diarias de «Prozium II», un fármaco cuyo consumo es obligatorio por ley. Libria está gobernada por el Consejo de Tetragrammaton, que a su vez está liderado por «Padre» (Sean Pertwee), que solo se comunica por medio de discursos a través de pantallas de vídeo gigantes en toda la ciudad. En el pináculo de la policía de Libria están los Clérigos de Grammaton, entrenados en el arte marcial del Gun kata, una forma de lucha con armas de fuego y katana, nacida del estudio estadístico de las trayectorias de disparo, gracias a esto un clérigo es capaz de golpear, disparar y esquivar maximizando el daño provocado y minimizando la posibilidad de ser derribado. En paralelo ha nacido un movimiento rebelde que rechaza renunciar a sus emociones y viven como prófugos en el Abismo (Nethers), las ruinas fuera de la ciudad. Así estamos, una sociedad por falta de racionalidad, no pensando y previendo las posibles causas futuras de nuestras decisiones, por la comodidad de dejarse llevar por la trampa de las emociones, se van acumulando millones de parejas fracasadas, con hijos desorientados en la vida y con una deficiente educación humanista y medioambiental (nuestra casa común). Y así, poco a poco y en ocasiones de forma acelerada, pero normalmente sin que nos tiemble la conciencia ni la consciencia, nos vamos autodestruyendo y destruyendo nuestro entono. Mientras, siempre nos queda lo de ir echando alguna “cana al aire”, “eso ya no me lo quitan” o “que me quiten lo bailado”, propio de mentes/especies poco desarrolladas. Para rematar, la sociedad “moderna” puede llenar de forma falaz su “vacío existencial”, pues material no le va a faltar, ahí tenemos las religiones y los nacionalismos. Nefastos «per sé», pues siempre anteponen a la «persona», la «patria» o el «dios» de turno, siendo la causa, de la gran mayoría de guerras y odios entre las personas, pero que llenan el vacío existencial de muchas empobrecidas mentes.