Preparativos para una amenaza llamada Trump
En este espacio ya he comentado que la Salud es un tema de seguridad nacional; para el cuál las soluciones tienen una componente que surge de la Ciencia, Tecnología e innovación, CTI.
La respuesta de la sociedad ha sido más oportuna que la respuesta política.
Ya las vacaciones se han adelantado, la fecha elegida parece tener base en predicciones matemáticas, es un acierto usarlas, otro más profundo es revisar y corregir, ajustar las predicciones mediante las series temporales de evolución real en la población de infectados. Sólo así se podrá saber con antelación si el lapso considerado debe reducirse o ampliarse.
Algunos médicos opinan que ya estamos en ella. En números la fase 2 significa que cientos o miles de personas han sido contagiadas en territorio mexicano, los médicos le dicen contagio comunitario, y que el contagio no puede ser trazado; es decir, seguido por contacto directo de personas portadoras o enfermas.
Ya en la fase 2 se recomienda el aislamiento voluntario e intensificación de las medidas de sanitización, lavado frecuente de manos, no saludar y no tocarse la cara, entre otras. Ya estamos ahí, con una tasa de infección superior al 50% entre lunes y martes, los riesgos son muy altos. Mas vale, sin caer en psicosis, prevenir y propiciar que la tasa de contagio e infección decrezcan.
En algunos países europeos no se tomaron las medias con antelación; en México sí ha sido, por voluntad propia más que por estrategia de autoridades federales; de hecho, el titular del gobierno federal a pocos días de la fecha predicha hace eventos multitudinarios y reparte besos y abrazos, un acto de irresponsabilidad sanitaria. El responsable del tema, médico y presuntamente investigador, alude a la fortaleza moral para no ser portador ni contagiarse, sin comentarios por obvios.
Aquellos países que reaccionaron de manera tardía, como Italia y España, tienen tasas de infección más altas y también de mortalidad cercanas al doble de aquellos que tomaron decisiones oportunas.
Incluso en China, nación que se vio sorprendida con la infección, ahí se detona todo el tema COVID-19, se tomaron acciones oportunas rápidas y, a unas semanas del brote, luego de construir un hospital entero de especialidad en días, celebraron que pacientes sanaron.
Se ha reportado que paracetamol es preferido sobre ibuprofeno para atender los malestares del padecimiento. La Agencia Española de Medicamentos y Productos sanitarios desmiente el asunto; está en manos clínicas la determinación de cuál analgésico es apropiado para tratamiento. Aún hay polémica.
El lunes pasado se dio a conocer que Estados Unidos iniciaría pruebas en sanos de una vacuna, llamada RNA-1273. A penas a unos pocos meses de haber detectado el brote ya hay una vacuna que entrará en la etapa de pruebas de campo con sujetos sanos. Si esta vacuna funciona, si se prueba efectividad, tendremos una solución para el mundo; quizá haya más, pero al menos ya habría una.
La respuesta efectiva, eficaz, expedita, de China y de Estados Unidos se basa en un sistema CTI sólido y robusto, con financiamiento público y privado, así como dispuesto a ofertar soluciones.
Caso contrario a las respuestas insuficientes en sistemas de comunicación inapropiadas sin credibilidad para la población.
Corresponde a las autoridades mexicanas emitir las recomendaciones veraces; con bases científicas, pero reales y no sólo en discursos mañaneros.
Hay alto riesgo por la combinación de un sistema CTI frágil, sin financiamiento ni estructura sólida, y de sistemas de comunicación deficiente, basada en monólogos más que en comunicación formal y planeada.
Quedamos en manos de médicos que trabajan con la cabeza y las manos, sin materiales como lo han denunciado, pero esto es el eslabón final de la cadena, en cualquier escenario sucedería. Ahora mismo está pasando, fuera de México, que opera ese eslabón en la prueba de la RNA-1273. La vacuna es una herramienta más fuerte que el aislamiento, de menor impacto económico y que generará riqueza para quienes la han desarrollado.
No faltará quien, con teoría de la conspiración, asegure que ha sido un complot de las naciones poderosas. Pero veamos. Si primero suponemos que sí lo es, entonces un sistema CTI compensaría tal perversión. Si no, sólo la CTI encuentra soluciones.
Esta pandemia lo demuestra con toda claridad, México requiere un sistema en CTI sólido.
No será con fracturas inducidas por autoridades en CTI que construyamos un sistema en esta materia; mucho menos uno sólido. Tampoco al clasificar a la ciencia como occidental, originaria u otra. Sólo será con planes y programas propulsados por financiamiento público y con otros para correr riesgo del financiamiento privado, uno que resulte en riqueza.
Sólo sería con modelación de sistemas biomédicos, biología molecular, bioinformática y otras áreas de CTI que podríamos haber hallado una vacuna mexicana para el mundo; atrayendo la riqueza a nuestro país.
Pero esto ya no fue, ahora, si funciona, tendremos que comprarla a aquellos países porque seguramente estará protegida por patente.