Diferencias entre un estúpido y un idiota
Las noticias empeoran y ahora hay que conseguir oxígeno o irse despidiendo de la familia, de los amigos y de éste irracional Mundo. Muchos días antes se nos informaba de un posible colapso epidemiológico, y que sucedió, nos valió haciendo énfasis en aflorar nuestro más sentido común de mexicano, ser bien chingón. Sin evaluar circunstancias y eventos futuros, nuestras neuronas destruidas por los lectores digitales de temperatura, ya no son lo suficientes para tener criterios lógicos. Mucho antes de que empezara todo lo que todavía no ha terminado, antes de que el terrible virus que azota a la humanidad irrumpiera en tu familia; tú muy capaz, bien Juan Camaney, emulando aquel personaje del actor Luis de Alba que proyectaba ser el mexicano único e indestructible y galán. Nunca previste llegar lo inimaginable que tu escudo de vibranium del Capitán América te protegía falló. Nunca te asomaste a visualizar una posible escases de oxígeno para tu familia, aunque sabemos que rentar un tanque es más difícil que conseguir la vacuna contra el coronavirus en el mercado negro. Los tanques que antes costaban 2,500 pesos ahora cuestan entre 4 mil y 10 mil pesos, y en una crisis económica en la que tienes tu guardadito en casa para que no te coman los efectos fiscales de nuestro flamante gobierno federal; pues, ya desaparecerán para salvar las vidas de tus seres queridos. Dependiendo de la gravedad del enfermo, habrá que rellenar dos, o tres veces al día y gastar entre 300 y 500 pesos en cada refill, e invertir todo el día. Sabías que tienes que desembolsar miles pesos, entre el tanque, el refill y la renta de un concentrador. Pero googleaste si es que terminaste la primaria, que el oxígeno de los concentradores es infinito, excepto que exista una pequeña falla, y que los más solicitados son los de 5 litros, que es el volumen mínimo que requiere un humano en reposo. Antes de la pandemia, gastabas no más de 10 mil pesos, pero como estamos en temporada de muertos, ahora se venden entre 20 mil y 35 mil pesos. La oferta y la demanda de la muerte. Un negocio ya evidente con el descontrol del Gobierno Federal en la distribución de la vacuna, que no alcanzará para todos los mexicanos, seamos realistas. Y una secretaria de salud más preocupada por desviar recursos económicos con empresas fantasmas que solventar problemas covid. Pero nosotros como buenos ciudadanos mexicanos, invocamos al poder de los anillos de los gemelos fantásticos, para convertirnos en nuestros propios salvadores. Y existen las historias de la escasa humanidad en las personas como lo manifiesta el colega periodista de Milenio Alejandro Almazán, <<Mientras unos vendedores te dicen que les transfieras la mitad del dinero y que te lo mandan mañana antes de que cante el gallo. Mientras otros te dicen que sus concentradores están varados en la aduana. Mientras hay quienes te dan la cuenta número 4169160473430990 de Bancoppel, a nombre de un tal Julio Camacho García, para que le deposites mil 500 pesos y él mismo (¡sí, cómo no!) te lleva el concentrador hasta la puerta de tu casa. Mientras en Infra te dejan esperando en la línea telefónica, y mientras buscas en Mercado Libre y en Amazon y en Alibaba. Mientras encuentras unos armatostes chinos por cuatro mil pesos que llegarían a mediados de febrero, un joven de la empresa Sonolife, con quien hablaste hace algunas semanas, te ofrece un concentrador de 5 litros. Entrega inmediata, a meses sin intereses y hasta con un descuento. Por ese joven sabes que en su empresa empezaron a vender los concentradores en 15 mil pesos, después los subieron a 19 mil, en el verano regresaron al precio inicial ‘porque bajó la pandemia’, pero desde noviembre volvió a encarecerse el producto. ‘Mañana ya sube a 29 mil, aproveche la promoción’, te dice el joven y tú piensas que en su otra vida debió haber sido corredor de bolsa>>. Se lucra con la vida de los mexicanos, es un hecho real; mientras, recuerdas no haber usado las medidas correctas sanitarias, asistir a las buenas borracheras con los amigos en el antro, o en la casa de las amigas solteras sin responsabilidades, todo ondea en un pensamiento vago y real, tus hermanos oscilan entre los 50 años de edad y aún tienes a tus viejos, y todos están plagados del mortal virus por tu irresponsabilidad. Ya que los libros y la lectura de conocimiento no se te da, debiste haber visto la película “Contagio” y constatar lo que posiblemente en éste momento no deberías enfrentar. El filme muestra una pandemia similar al Covid-19. Junto con Epidemia y Virus, están entre las películas más vistas en la cuarentena. Y cuenta, paso a paso, cuáles son los peligros, los síntomas y las mayores preocupaciones de un brote pandémico. La película trata también dos males de nuestro tiempo, que se intensifican por el coronavirus: la desinformación y el miedo, (agregando la voluptuosa arrogancia mexicana). Al final de la película, los números de la tragedia son espeluznantes: 26 millones de muertes a escala global. La culpa real, sin embargo, es humana. Contra el mal: La hormiga atómica. La posible solución.