Libros de ayer y hoy
En fechas recientes se ha reportado que las nuevas generaciones tienen una dinámica nueva respecto de sus posiciones laborales.
Es decir, se prevé que las personas en generaciones millenial y centenial tengan, mayormente, estadios de corto plazo en puestos de trabajo.
Es decir, la tasa de rotación laboral incrementará conforme estas generaciones se inserten en el mercado; afectado, por lo menos, a la tasa recambio por retiro en el futuro.
Si bien esto aparece como una conducta generacional, los productos actuales de la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, están jugando un papel de relevancia que no debe omitirse ni soslayarse. En complemento a estos efectos, paradójicamente, en la CTI está la solución.
Desde hace unos lustros han emergido nuevas profesiones: Youtuber, influencer, emprendedor de aplicativos móviles, etcétera. Esta situación ha sido detonada por Internet, redes sociales, telecomunicaciones, telefonía móvil y más.
Incluso, la tendencia es tal que la empresa de automóviles eléctricos Tesla ha lanzado convocatorias que no privilegian los grados universitarios en la búsqueda de empleo.
Eso no es por azar sino por compensación de las tendencias laborales de millenials y centenials.
Por su parte, las instituciones educativas mundiales tienen, enfrente de la nariz, el reto de atender este mercado educativo.
Innovaciones como procesos automáticos con componentes de educación remota son rutas alternativas que cobran cada vez más fuerza.
El uso de algoritmos de inteligencia artificial son otra alternativa para adaptar los contenidos temáticos con los intereses del estudiantado.
Las instituciones de educación superior, IES, y los Centros Públicos de Investigación, CPI’s, en México tienen un reto mas grande aún. La adaptación a tiempos y requerimientos educativos futuros, que no son nada lejanos, debe suceder con mayor rapidez.
Las IES y los CPI’s se hallan sin inercia que les favorezca en esta dirección, al igual que en otras.
Pero no todo está perdido. Un primer paso es reconocer esta situación de compensación requerida entre la tendencia laboral y la tendencia educativa.
El docente pizarronero, es decir, con varias horas de clase frente a grupo y escribiendo en el pizarrón toda la sesión, debe ser complementada.
Ahí está una oportunidad.
Otra es usar contenidos temáticos dinámicos que se adapten a los requerimientos del desarrollo de habilidades y aptitudes; para hacer competitivos a los perfiles de egreso.
El conocimiento del docente debe ser actual y en actualización constante. No únicamente en su proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que, además, en el conocimiento mismo.
Para ello es necesario que las estructuras académicas cuenten con inserción de investigadores activos; no sólo docentes; el modelo con únicamente docentes está más que rebasado desde hace lustros.
Por supuesto que las y los alumnos deben saber, entre muchas componentes, escribir, leer e interpretar lo leído, matemáticas, fundamentos del conocimiento en diversas áreas del pensamiento humano.
Pero éstas deben ser enriquecidas con innovaciones que provean al estudiantado con capacidades y competencias para enfrentar los retos del mercado laboral; incluso a la alta volatilidad del mercado y rotación característico de sus generaciones.
Hasta ahora, las IES, públicas y privadas, y los CPI´s reciben a las hijas e hijos de las familias y entregan a la sociedad profesionales que, en mayor o menor medida, adquirieron habilidades, aptitudes, capacidades y competencias; ese es un pilar sobre el cual se ha construido la aceptación y valoración social de IES y CPI’s.
Desatender y desestimar la actualización generacional, que incorpore a la CTI actual y actualizada, así como omitir o soslayar las tendencias laborales, es un riesgo que amenaza con dilapidar ese prestigio; ganado a pulso, debe decirse.
En un segundo plano, como potencial consecuencia de la falta de adaptación institucional a planes educativos, hay el riesgo de que habrá profesionales con una brecha en los requerimientos del mercado. Esto afectará la permanencia laboral; estrés al alza de la rotación de personal, la cual incrementa costos entre otros efectos.
En un tercer plano, la prospectiva de retiro debe llamar la atención y así mismo, como las estrategias educativas y de CTI, deben ser analizadas a detalle.
El efecto educativo en el bienestar social no es tema sexenal sino de generaciones futuras. Tampoco es tema político, pero sí lo es de políticas públicas.
La compensación de los efectos conductuales, en el contexto de la guerra de las generaciones, mediante tendencias educativas en un tema que en poco tiempo podrá ser crítico.
No lo perdamos de vista.