Va con todo el G20 para que tributen los superricos
Más que un partido político, Morena se ha convertido en un grotesco circo que exhibe lo peor de la política mexicana.
Un circo en donde lo mismo proliferan los payasos, que aparecen los magos, trapecistas, enanos, bufones, contorsionistas, además de las infaltables fieras y bichos de la peor calaña.
Sin embargo, lo más preocupante es que ante la proximidad de la exhibición estelar del acto circense –ante la imposición de su candidato presidencial–, todos los actores parecen empeñados en depurar sus habilidades; payasadas cada vez más ridículas; pases mágicos y bufonerías de carpas pueblerinas pero, sobre todo, el enanismo político que caracteriza a todos los políticos de Morena.
Pero existe una disciplina que todos dominan a la perfección en el circo de Palacio. Se trata, como todos saben, del gusto de los presidenciables del partido oficial por arrastrarse frente al domador del circo.
Y es que en la carpa circense llamada Morena, se inauguró un nuevo y vergonzoso espectáculo; el de los suspirantes presidenciales que se arrastran de la forma más vergonzosa posible, para ganar el favor y la atención del dueño del circo.
Es decir, que a los ojos ciudadanos los presidenciables de Morena se disputan el penoso y nada grato campeonato de ser el más lambiscón, el más arrastrado y servil; mientras que otros realizan la mayor payasada y ejecutan la peor maroma posible.
Y toda esa indignidad con el único objetivo de convencer al dueño del circo de que son confiables herederos de esa impostura llamada Cuarta Transformación.
Pero vamos a los ejemplos.
1.- Como todos saben, el dueño del circo es, a su vez, el maestro del engaño, la mentira y la farsa.
Por eso, López Obrador festejará con otro de sus clásicos espectáculos “engañabobos” el quinto aniversario de su victoria electoral
Una fiesta que más bien parece una parodia del fallido gobierno de AMLO, quien ya rebasó las cien mil mentiras; supera las 150 mil muertes violentas; que desborda las 110 mil desapariciones y ha multiplicado de manera escandalosa el número de pobres en México.
¿Quién se atreve a festejar un triunfo electoral frente al más escandaloso fracaso de la historia? ¿Qué clase de sociedad es la mexicana, que sigue creyendo en el más mentiroso de los presidentes de México y del mundo?
2.- Entre los presidenciables sobresale Marcelo Ebrard, el otrora brillante político preocupado por los valores democráticos y por reivindicar la legalidad y que, al día de hoy, ha terminado en un verdadero bufón de circo.
Sabedor de que no está en el primer lugar en la confianza presidencial, Marcelo se ha mostrado como el más lambiscón de todos, al extremo de ofrecer una secretaría de Estado a uno de los hijos del presidente.
Además, su campaña en redes lo hace ver como un verdadero bufón, que lo mismo ordeña vacas, que paga por aparecer con empleados de comederos famosos y aparenta la sonrisa propia de los payasos de las cachetadas.
3.- Y si de lambiscones se trata, la campaña de Adán Augusto López en espectaculares de todo el país “no canta mal las rancheras”.
Primero, el ex secretario de Gobernación intentó presumir una humildad inexistente, al rechazar los cinco millones de pesos que autorizó Morena para las precampañas. Sin embargo, pronto tropezó al exhibir una fotografía en la que porta un reloj de millones de pesos.
Eso sin contar con el eslogan de sus espectaculares, en los que promete ser “el más cercano a AMLO”; tan cercano que también lleva el apellido López, como si se tratara de un timbre de orgullo.
4.- El caso de Ricardo Monreal es aún más patético. En realidad el zacatecano pretende imitar las viejas estrategias de Obrador de llegar a la gente “por la vena religiosa”.
Por ejemplo, en su despedida del Senado, Monreal se hizo fotografiar, de manera deliberada, portando una imagen del Santo Niño de Atocha. Luego difundió en redes su visita a la Basílica de Guadalupe, mientras que en entrevistas ofrece actos de fe partidista, como si nadie lo conociera.
Lo cierto es que Monreal es uno de los mayores trapecistas de la política mexicana y uno de los políticos menos eficientes. Ha militado en cinco partidos distintos y ha transitado por todos los cargos imaginables.
¿Y quién recuerda un éxito político de Monreal? Peor aún, Zacatecas, está en manos del crimen organizado, a pesar de que la familia Monreal ha gobernado por décadas.
Y por último, Claudia Sheinbaunn, tampoco sorprende a nadie ya que decidió recurrir al viejo manual electoral del PRI.
Y es que no hay acto o evento de Claudia en donde no aparezcan el grosero acarreo y el clientelismo político que ya no convence a nadie.
Claro, además de que recorre el país con la consigna de comprar conciencias opositoras; sean del PRI, del PAN y del PRD.
En efecto, Morena y la sucesión adelantada no son mas que circo, maroma y teatro.
Pero lo peor es que la sociedad mexicana parece convencida de que el circo es el futuro de México.
Al tiempo.