Libros de ayer y hoy
No es infrecuente que sucedan cambios en una administración pública; esta semana se supo que el Director del Sistema Nacional de Investigadores, SNI, del CONACYT dejó vacante el puesto.
No se informa oportunamente ni la fecha ni relevo del puesto; situación que refuerza la desconfianza e incertidumbre que cierne sobre la comunidad nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI.
Medios reportaron que ha sido por motivos de salud; esta columna espera que el ahora exdirector del SNI se encuentre con bien, el estrés en la administración pública es alto y por ello se requiere experiencia.
Lo inadmisible es que una dependencia federal detenga sus procesos al acontecer cambios, la vida pública nacional debe seguir adelante.
Ya debería haber relevo, ¿qué espera CONACYT para hacerlo y anunciarlo?
Mas aun, un cambio oportuno debió ser anunciado antes que se diseminara la renuncia en radio pasillo; previo a que se pidiera confirmar o negar el hecho.
Hay implicaciones.
Al momento de enviar esta entrega a publicación preocupa el retraso del SNI en la ministración de becas.
Son 5 días últimos del mes para ejecutar las transferencias; en estricto sentido, de ser hasta el 30 de abril no se incumplen esos convenios.
No obstante, las reiteradas dilaciones y las quejas constantes del actual desaseo administrativo en CTI sugieren que el retraso podría ir mas allá de la fecha de cumplimiento de convenio; aunque deseo me equivoque, veremos.
La burra no era arisca, un recuento de situaciones con incumplimiento de compromisos por parte de CONACYT incluye lo siguiente.
Quienes solicitaron ingreso en la convocatoria del SNI en el año pasado y que obtuvieron dictamen favorable por su productividad, se les hizo firmar dos veces el convenio respectivo por la renuncia que la secretaria ejecutiva del SNI presentó en diciembre pasado.
A consecuencia de los huecos producidos por las decisiones y manejo del CONACYT no había quién firmara de su parte o no tenía los poderes regularizados; sin embargo, para esos casos hay una cadena o línea de atribuciones en la administración pública.
Vaya, se detuvo la ministración de las becas por algunos meses aun cuando los sujetos del apoyo hubieran firmado en tiempo y forma; CONACYT no tuvo previsiones para esta situación.
El problema no fue que se les pidiera a los afectados firmar dos veces el convenio, sino que se implicó retraso en las ministraciones, con afectaciones a las personas, aun cuando los particulares cumplieron en tiempo y forma.
Son implicaciones que la inexperiencia en CONACYT atrajo; ya en otras administraciones ha habido cambios en tales nombramientos, pero el proceso se sostuvo, fluyó, esta vez fue entorpecido.
Además, la preocupación también está en lo porvenir.
La convocatoria del SNI a ingresos vigentes y no vigentes no ha sido publicada este año; ya estamos al cierre de abril y nada.
Suelen ser varios miles de solicitudes cada convocatoria; el tiempo está encima para conformar comisiones, revisar la productividad de solicitantes, emitir dictámenes, publicar resultados, firmar convenios, recibir reconsideraciones, evaluar reconsideraciones, publicar resultados finales y firmar convenios de reconsideración.
¿Acaso no se prevén los efectos que un proceso defectuoso podría traer?
Otro caso yace en proyectos aprobados por CONACYT, incluso en ejecución; esos que han sufrido retrasos en las ministraciones con efectos graves en la obtención de los resultados comprometidos, no es claro si se trata de carencia de recursos, carencia de previsiones administrativas o ambas.
Los puestos o nombramientos en la administración pública no pueden quedar sin ocupante ya que invocan e implican procesos y actos públicos que pueden significar compromisos, obligaciones y responsabilidad.
Es muy importante dar el relevo en el SNI a alguien con experiencia, es innecesario seguir pisando las agujetas propias.
Esperemos que CONACYT privilegie el conocimiento a la “lealtad ciega”, pero ¿quién acepta bajo la línea de mando actual?