
El uso del pasado
El 4 de Junio pasado se efectuó una reunión virtual con la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Como invitada a título personal, estaba la Senadora Presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Otra comisión de diputados también estuvo ahí.
Fue una sesión de parlamento abierto respecto del asunto de los fideicomisos para Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI; ese que tanto ha sido comentado recientemente. No es para menos pues, además del decreto presidencial para la extinción de estos, publicado en Abril pasado, mientras la recolecta de recursos era el móvil verdadero, una iniciativa mas agresiva se presentó en la cámara de diputados; misma que se retuvo luego de la intervención de afamados cineastas mexicanos.
Por la competencia de las comisiones reunidas, se trató sobre presupuesto y fideicomisos, su impacto, uso y transparencia.
La Diputada Presidente de la comisión convocante mostró en su intervención que la CTI no es su fuerte, por decirlo cordialmente. Sin más comentarios.
La Senadora tuvo una intervención sentida hacia la CTI, una a título personal, la formal se daría en su competencia senatorial. Aunque con huecos en el dominio de la CTI, en particular sobre su impacto, da visos de interés y sensibilidad. Formuló algunas preguntas, sensatas, pero insuficientes para atender la CTI. Faltan respuestas.
Quienes mostraron dominio fueron dos Diputados, de diferentes partidos, ambos exrectores. Uno fue rector de la Universidad de Guadalajara y el otro de la de Guanajuato. El segundo también con experiencia en el poder ejecutivo mientras que exdirector General de CONACYT. El único punto a complementar es que la Educación y la CTI merecen políticas públicas diferenciadas, aunque tienen traslape entre sí, y ambos temas son motores de desarrollo, son de naturaleza diferente. Impulsan a las sociedades desde pilares complementarios; la CTI no es subconjunto de la Educación sólo se intersectan.
Además estuvieron presentes Directores Generales de Centros Públicos de Investigación, CPIs, de CONACYT. Destaca así la sobre representación del poder ejecutivo en esa sesión. Sólo uno de ellos intervino con un análisis focalizado, de carácter jurídico. Era de esperarse pues es su área de conocimiento y dominio. El resto de directores, bueno sin su intervención habría sido lo mismo.
Fue notable la ausencia de la Directora General de CONACYT; en su representación un director que dijo lo sabido: Los fideicomisos se extinguieron, FOMIX todos e institucionales mayormente. Los fondeados con remanentes petroleros, aún están bajo análisis.
La ausencia de la directora de CONACYT puede ser interpretada en relación al interés que tiene en la CTI, que es su encargo público, de haber sido un acto político para anunciar la entrega de ventiladores, aún pendiente, habría estado presente de seguro. Pero no, ya que esta sesión legislativa sólo es para discutir el financiamiento de la CTI; irónico, sí, lo es.
Una síntesis de lo expuesto se puede hacer en la coincidencia que la CTI es importante. Tanto que se han dado reconocimiento, el mismo que por varios lustros se ha hecho, a la relevancia de que México invierta el 1% del PIB en CTI. Una vez mas, bla bla bla, pero no se dijo cómo será, cómo lograremos los mexicanos que eso suceda.
El PIB está estrechamente relacionado a la productividad, la productividad tiene dos fuentes, a saber, la pública y la privada. Pero involucrar a la capacidad productiva privada, la instalada o por invertir, sería neoliberal. Entonces, ¿qué vamos a hacer si no hay recursos públicos? Sucederá una vez mas que CTI recibirá mucho menos del 1%, con claro incumplimiento a la constitución.
Entretanto se da banderazo a un nuevo tren de diésel; tecnología de mediados del siglo pasado. Quizá cuente con instrumentos y monitores digitales, pero es CTI de hace casi un siglo, con impacto ambiental e incremento de huella de carbono en lo que por éste se transporte.