Rómulo, baja colateral en la pugna de Américo y Cabeza de Vaca
CONACYT muestra, por lo menos, enorme falta de oficio; el miércoles 26 de enero trascendió que ese consejo pretende modificar el reglamento de becas.
En la presunta modificación se incluye que se pueden suspender las becas a mujeres “embarazadas, en parto o puerperio” así como a quienes tengan beca CONACYT y se protesten políticamente, sean de nacionalidad extranjera estudiando en México o viceversa.
El trascendido fue desmentido por CONACYT a toda prisa mediante comunicados en redes sociales.
A reserva de conocer el contenido de la propuesta al reglamento de becas, algunas componentes son notables en este evento; así como los productos notables en álgebra de escalares propiciaron rompecabezas en nivel de educación secundaria, parece que la nota hizo estallar la testa bióloga de quien dirige CONACYT.
Vamos por partes.
CONACYT califica de falso que “suspenderán becas por participar en protestas o por embarazo”, escribieron; nada desmienten sobre parto o puerperio.
Es cierto que desde hace tiempo existe la posible suspensión de beca por motivos de embarazo, parto o puerperio; pero eso sucedía ante la solicitud de la persona beneficiaria de la beca, la intención de esta posibilidad es que, al retornar a las labores de posgrado, la becaria pudiera continuar con la manutención financiada.
Así, en la versión previa a la modificación que busca el CONACYT actual, la suspensión, primero, sólo es a solicitud de la persona beneficiaria y, en segundo término, la estudiante se podría reintegrar al posgrado, incluida la beca de manutención si hubiere solicitado suspensión de beca o no.
De esto nada dice el comunicado.
Lo que sí es claro, ya reconocido en el pretenso desmentido del CONACYT, es que hay una propuesta de modificación del reglamento en la CONAMER; “Cabe señalar que la propuesta de reglamento de becas se encuentra en un proceso abierto de análisis en la CONAMER, conforme lo establece la Ley General de Mejora Regulatoria”, publicaron.
Es decir, sí hay una propuesta de CONACYT en revisión cupular; de ésta nada, al momento, se había enterado la comunidad, ni parlamento abierto ni en comisiones, que se sepa, en CPIs tampoco ha habido consulta alguna; mucho menos recepción de propuestas u otros.
No se sabe qué contiene, ni en forma ni en fondo, la propuesta de CONACYT sobre el reglamento de becas que ya está en revisión para “mejorar la propuesta siempre con la guía del respeto irrestricto de los derechos y libertades de las y los estudiantes, así como con el cabal cumplimiento de los mandatos constitucionales acerca del acceso universal a la educación superior y de posgrado y de la obligación de dar apoyos en términos de la normativa aplicable”, dijeron.
Tal es la incapacidad que sentenciaron “El Conacyt dará a conocer la redacción final del reglamento, tan pronto como se tenga”, dice el comunicado.
¿”La redacción final” significa que no habrá consulta alguna?, ¿o qué mecanismo usarán?
Parece que ya viene y se acepta o se podrán como contra la comunidad del CIDE, por su macho será lo que decidan.
De esta manera, la virulenta actividad y señalamientos masivos sobre el asunto refleja la enorme desconfianza cimentada por CONACYT en los tres años recientes; consecuencia de las propias decisiones y actos desde la Dirección General de ese consejo.
¿Cómo no va a haber desconfianza si hay antecedentes de esta clase actos?
En CONADE hay ejemplo donde las becas a deportistas están condicionadas a su silencio, como si a la velocista de pista o a Claudia, preferida presidenciable de palacio, le hubieran sancionado en sus momentos beligerantes.
En CONACYT deben leer el libro titulado Número Cero, de Umberto Eco, donde, de manera novelesca, se enseñan elementos de comunicación periodística y desmentidos; a ver si le entienden.
Esta columna sostiene: 1. El CONACYT es un ente público y en consecuencia sujeto a ese escrutinio, 2. Los DDHH y la libertad de expresión deben consagrarse y 3. Las becas sólo deben estar sujetas a criterios académicos.