El peor enemigo de Nahle es Nahle
Aquí comentamos, el 31 de agosto, sobre la misión Artemis 1; entonces resaltamos cómo México, dadas las políticas de la administración actual, podrá sólo quedar como espectador de la odisea, salvo algún garbanzo de a libra.
Ahora se detallarán algunos puntos que resultan del mayor interés para la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI.
Artemis 1 ya ha sido lanzada, es hazaña retadora para la humanidad, éste es un fascinante momento histórico por la expectativa de resultados entre el telescopio James Webb y la colonización lunar.
Los retos, por supuesto, son transportar desde la Tierra a los materiales y personas requeridos para construir la zona de colonización; pero no son los únicos ni los más complicados por resolver.
Unos retos están en el beneficio de los materiales desde el subsuelo lunar para traerlos a nuestro planeta hacia la sostenibilidad energética y en conseguir agua allá.
Otros serán consecuencia, por ejemplo, del bombardeo de radiación desde el Sol, se trata del viento solar y otras partículas lanzadas por estrellas al Sistema Solar.
Esta clase de vientos astrales contiene partículas de alta energía tales que pueden causar alteraciones en macromoléculas, como el ADN, micro-alteraciones a estructuras y fallas en circuitos electrónicos.
Aun no lo sabemos, pero las alteraciones en ADN podrían inducir, desatar o encender genes que provoquen enfermedades, como algún tipo de cáncer; las micro-alteraciones estructurales podrían provocar fallas en los trajes protectores de las personas colonizadoras y las fallas en circuitos podrían resultar en deficiencias computacionales y en la respuesta de instrumentos electrónicos.
Distintos planteamientos han sido formulados para atender las preocupaciones de la CTI, lo ilustra el caso de la gravedad, fuerza que en Luna es mucho menor que en la Tierra y sobre la cual sabemos que afecta la densidad ósea; luego de habitar la estación espacial internacional y viajes orbitales.
En el caso de la fuerza de gravedad se formula, por citar uno, el uso de proteínas u hormonas en la restauración ósea; macromoléculas que algunos animales en la Tierra usan para tal finalidad.
De regreso a las partículas energéticas, éstas también llegan a nuestro planeta, pero las Tierra tiene defensa atmosférica y por campo magnético.
Ambos factores, atmósfera y campo magnético, son nulos en la Luna, por lo que quienes habiten al satélite natural deberán estar sólo algunos meses y en estaciones del subsuelo lunar; las consecuencias de la exposición al viento solar y otros flujos de partículas podrán ser conocidos hasta el retorno de quienes colonicen.
Una vez más, de la pléyade de puntos interesantes para la CTI, las políticas públicas, esas planteadas por la administración cuatroteísta, hacen caso omiso; CONACYT no tiene identificados ninguno, ni los aquí comentados ni otros, los problemas o proyección de interés de México; ¿acaso hay un programa de investigación del CONACYT para el uso de los materiales del tipo que hay en la Luna a fin de producir energía eléctrica?
La respuesta es no, no lo hay; ni de ese nivel; vaya si ya hasta el beneficio de Litio será licitado y estadounidenses o canadienses podrían tener el permiso para la extracción, esto en específico quizá se trata de cambios de opinión y posturas derivados de las controversiales legales en el marco del T-MEC, ya veremos.
De retorno al tema de hoy, Artemis 1 abrirá, como el James Webb, horizontes interesantes, de crecimiento socio-económico y otros beneficios de la CTI, mientras que México queda a zaga y el gobierno federal incumple otro mandato constitucional.
AL MARGEN: Menudo enredo, ¿será desplazada la manifestación feminista en favor de la otra citada el mismo día, esa que es contramarcha oficialista? Si sí quedará evidenciada, una vez mas, la falta de vocación feminista oficial; si no, habrá riesgo de coincidencia con pronóstico reservado. Por eso personas sabias han pregonado: “en boca cerrada no entra mosca”, pero el de palacio nunca lo entendió.