
Anuncia Nahle cerco sanitario en Veracruz por gusano barrenador
Para nadie es nuevo que los de López Obrador y de Claudia Sheinbaum son los gobiernos más mentirosos de nuestra historia y, sobre todo, algunos de los que más engañan en el mundo.
Y es que todo lo que han dicho y dicen esos presidentes; todo lo que hacen y prometen no ha sido y no es más que una vulgar mentira.
Por eso, tampoco sorprende que, en el caso de la represión oficial, los gobiernos de AMLO y de “la señora presidenta” acudan a todas las fórmulas represivas contra los grupos sociales que los repudian por mentirosos, al tiempo que prohíjan y solapan el vandalismo oficial en todas sus expresiones.
Y el mejor ejemplo lo vimos en dos momentos casi consecutivos.
Por un lado, el pasado viernes 4 de julio, del 2025, decenas de “porros” financiados desde Palacio, no sólo vandalizaron en las colonias Condesa y Roma, sino que sembraron terror contra ciudadanos extranjeros que habitan en zonas exclusivas de la capital del país.
Y frente al “porrismo” oficial, brillaron por su ausencia, tanto policías como militares y no apareció autoridad alguna, capaz de impedir no sólo el vandalismo generalizado, sino el saqueo dirigido a comercios seleccionados, la destrucción de equipamiento privado y el robo a transeúntes.
Además, la grotesca y grosera “protesta” oficialista contó con un impensable despliegue mediático, sobre todo por numerosos paleros a sueldo, quienes a través de redes convirtieron en tendencia la llamada gentrificación.
Es decir, que los “porros” financiados desde Palacio protestaban por la proliferación de extranjeros en las colonias Roma y Condesa y de mexicanos de alto poder adquisitivo, dizque porque su presencia contribuye al incremento del costo de las rentas.
Lo cierto es que la protesta contra la gentrificación no fue más que parte de las “cortinas de humo” que financian, organizan y despliegan gobiernos de Morena, tanto federal como de CDMX, para distraer de los grandes fracasos de las gestiones de AMLO, como de Claudia.
Sin embargo, pocos días después –lunes 7 y martes 8 de julio–, en distintas vialidades de la capital del país, se manifestaron médicos, enfermeras y, en general, trabajadores del sector salud, quienes repudiaron las políticas públicas que han destruido uno de los derechos fundamentales en democracia; el derecho a la salud.
Curiosamente, para contener y anular una protesta legítima, como la de miles de médicos, enfermeras y trabajadores del sector salud, el gobierno federal y el de CDMX desplegaron a cientos de policías que apalearon a los trabajadores sanitarios.
En efecto, al mejor estilo de “gorilatos” populistas como los de Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y López Portillo, las señoras “presidenta” y “jefa de gobierno” reprimieron a médicos y enfermeras, mientras que fue notorio otro fenómeno propio de las dictaduras.
Nos referimos a la ausencia mediática frente a la represión oficial lanzada contra los profesionales de la salud.
Peor aún, en los casos en los que se dio cobertura de medios a la protesta de trabajadores de la salud, los médicos y las enfermeras fueron satanizados y exhibidos como intolerantes que sólo buscaban dañar la imagen de los gobiernos de Morena.
Lo cierto, sin embargo, es que para nadie es nuevo que, desde que López Obrador llegó al poder presidencial, todo el sistema de salud fue empujado al colapso no solo presupuestal, sino de personal médico, de medicamentos y, en especial ante el total abandono de las instalaciones del IMSS, del ISSSTE y de todos los hospitales regionales y estatales.
Todo ello sin contar con el saqueo de los presupuestos para la compra de medicamentos y para reponer el equipamiento médico en todas las ruinosas instalaciones hospitalarias del sector público, despidos injustificados y una ilegal reducción salarial.
Pero acaso la mayor de las mentiras oficiales aparece cuando se compara la promesa que formuló en su momento la entonces jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien a poco de su llegada al gobierno capitalino dijo que en su gestión se acabó con el grupo represor conocido como “granaderos”.
Lo cierto es que los “granaderos” reaparecen tantas veces como los gobiernos de Morena requieren de un brazo policiaco, capaz de la represión de las protestas ciudadanas.
Pero la represión que vimos en días pasados contra médicos y enfermeras también lleva una poderosa carga de lección ejemplar; “entiendan que serán apaleados los ciudadanos que se atrevan a la protesta callejera”.
¿Entendieron?
Al tiempo.