Trump, ¡uy que miedo!
La Auditoria Superior de la Federación (ASF) encontró irregularidades en el ejercicio del presupuesto 2019, primer año de gobierno de André Manuel López Obrador, por lo que el “elefante” de la administración al que hace alusión el Presidente no sólo debe caminar más rápido, también debe evitar pasar por lodo si no quiere dejar un legado de posibles de actos de corrupción en la administración que se autodenomina de transformación.
No sólo Jaime Cárdenas, ex titular del Instituto para Devolverle al Pueblo Lo Robado denunció robo en ese aparato burocrático “robinhoodesco”, también el titular de la ASF, David Colmenares, puso el “dedo en la llaga” al advertir que la transparencia en el uso de los recursos públicos es “limitada” en el actual gobierno, algo que podríamos calificar de grotesco si tomamos como referencia que el combate a la corrupción es el discurso de casi todas las mañaneras en Palacio Nacional.
Colmenares cuestionó también la opacidad en el sector Salud y, fundamentalmente en el INSABI, el recién creado instituto que sustituye al extinto Seguro Popular, al carecer este nuevo organismo gubernamental de estructura orgánica, manuales y procedimientos de acción.
La ASF detectó desorden y opacidad en el manejo de programas y entregas de tarjetas de apoyo a los pobres de la secretaría del Bienestar y sentenció: “se carece de controles para acreditar las actividades desarrolladas por el prestador del servicio en el desarrollo del sistema” y se presumen pagos injustificados por 24 millones 699 mil pesos.
¿De verdad el discurso anticorrupción está permeando en las secretarías y sus manejos operativos? O sólo el Presidente y su círculo cercano están presumiblemente poniendo el ejemplo de honestidad? ¿Las denuncias de los auditores federales y ex funcionarios públicos tienen un eco en la Secretaría de la Función Pública con sus respectivas denuncias y castigos ejemplares… o sólo nos quedamos con el discurso que se está combatiendo la corrupción sin pruebas contundentes de inhabilitaciones y cárcel para los servidores públicos “manos largas”?
Creo que sería bueno qué quienes no están haciendo bien las cosas, también sean denunciados en las conferencias mañaneras, y no sólo los presuntos corruptos del pasado como los expresidentes y sus funcionarios, y digo presuntos porqué, según las leyes de este país, nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, aunque con consultas populares se pretenda lo contrario.
La ASF ve fallas en la protección de datos personales en la secretaría del Bienestar, por lo que “podría causar un impacto negativo en la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información de los beneficiarios de los diversos programas sociales de la secretaria”. ¿Así o más claro el posible uso clientelar de las ayudas gubernamentales que se traducirían en votos electorales en las campañas electorales de 2021 y 2024?
Estas observaciones no parecen tener la dimensión de “estafa maestra” o “sobornos odebrecht”, pero son un aviso de algo, ¿O exagero?
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