¿Cooperar desde la desconfianza?
Alarmante la irresponsabilidad de Andrés Manuel López Obrador en el rompimiento de las relaciones comerciales con las farmacéuticas. Este martes reconoció que a su administración “le cuesta muchísimo” conseguir medicamentos, cientos de ellos distribuidos por las empresas en conflicto.
Terrible ya que el Presidente puso en juego los tratamientos de los niños con cáncer, vacunas en general y los medicamentos contra el VIH Sida -por nombrar los más reclamantes-, pero ahora se hace el sorprendido por el proceder de estas empresas transnacionales que hacen lo suyo en el competido mercado internacional.
Dijo Andrés Manuel: “Ya tenemos más de dos años, abrimos las compras directas en Alemania, Inglaterra, Europa, la India, y seguimos batallando, aún con la participación de la ONU” (video https://youtu.be/oxkRNAtwblo).
Asegura el Presidente que lo horrorizó la corrupción que había, pero no vemos a ningún funcionario de Hacienda o del sector salud del sexenio de Enrique Peña Nieto en la cárcel por compras a sobreprecio, por otorgamiento de contratos directos, robo de producto, o cohecho.
De hecho habló del corporativo Pisa, que es el proveedor de medicamentos para tratar el cáncer en infantes. Acusó que por sus grandes influencias a nivel mundial no han podido con esta empresa que montó una campaña para bloquear a su gobierno.
¿En verdad no sabía el Presidente que los laboratorios y farmacéuticas como dueños de la tecnología e inversores de la investigación, protegerían su mercado?
¿Es ignorancia o es soberbia negligente?
En los hechos, la negligencia, cualquiera que sea su argumento, ya sea buscando una presunta soberanía ridícula, con una estructura incompetente y una administración que raya en la ineptitud, desprotegió a niños y niñas con cáncer.
De la misma forma arriesgó a los enfermos de VIH Sida y a las campañas de vacunación, además de que se creó un ambiente adverso para la negociación de vacunas Covid19.
Ahora sufrimos las consecuencias de esa irresponsabilidad y el sobredimensionamiento de metas que suele provocar la soberbia y profunda ignorancia, guiada por la demagogia.
Peor aún, en la crisis por la falta de vacunas, López Obrador amenazó con denunciar en la ONU a la empresa Pfizer Estados Unidos porque sus plantas solamente producen vacunas para consumo interno, y nosotros tenemos que buscarlas en Europa, “estando tan cerca de EEUU” (video https://youtu.be/yqliMyG-PTU).
Estamos viendo el brote dialéctico del discurso megalómano de la izquierda autoritaria de Latinoamérica, donde Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales y Daniel Ortega culpaban al imperialismo yanqui de todos sus males.
Que López Obrador asuma su realidad, fracasó su apuesta a Donald Trump y ahora no encuentra interlocución con la administración de Joe Biden, por lo tanto, no debe esperar un trato cordial y de cooperación cuando se dedicó a dinamitarla.
El fracaso es de una persona y de sus arlequines y saltimbanquis del gabinete que son incapaces de contradecirlo. No hay más responsabilidad fuera de Palacio Nacional, lo demás es demagogia que trata de inventar fantasmas para justificar la incompetencia y un gobierno totalmente fallido y corrupto.