Solo 29 días y otro periodista muerto
Podrá estarse o no de acuerdo con la forma de gobernar del alcalde Adrián Esper Cárdenas, pero no cabe duda que en lo político, se volvió un instrumento valioso para el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien le cayó de perlas la propuesta de construir un nuevo aeropuerto, pero no en Valles, de donde es el candidato independiente venido a morenista, sino en Tamuín, el municipio vecino que gobierna una lopezobradorista: Grecia Sánchez González.
Esper, acostumbrado a lo grande, por ser millonario, no sabe ordenar que se tape un bache, pero fue por un aeropuerto y el tabasqueño se lo concedió. Esper quería verlo en Valles -donde otros alcaldes ambicionaron lo mismo, pero fracasaron-, sólo que López Obrador decidió Tamuín, donde existe un aeropuerto nacional de carga que, el mes entrante, recibirá sus primeros vuelos comerciales con turistas, dos por semana.
Las primeras paladas de la ampliación no serán pronto, tal vez estén los estudios, el proyecto ejecutivo, los permisos y todo lo que conlleva un proyecto de esta envergadura, en unos meses, tirándole a 2020. Pero es un hecho que la primera piedra será colocada por AMLO antes de las elecciones de 2021, cuando San Luis Potosí elija gobernador, presidentes municipales, diputados locales y federales.
De ahí el activo que representó Esper, con esa idea. Claramente, el Presidente estuvo a disgusto con el último recibimiento en Valles, donde sólo llegó para dormir al hotel de costumbre, pero fue increpado por el grupo de huelguistas de la DAPA, debido a que Esper no tiene la voluntad política de resolver ese problema. López Obrador acusó recibo y en Valles dijo que debían ir con el Alcalde, no con él y luego en Axtla de Terrazas, señaló que ambas partes estaban “trenzadas” y censuró que no lo hayan respetado.
Esto es lo que Esper no sabe cuidar. Molesta a su claque que uno les diga que debió prever una situación de este tipo y ser más ágil en lo político para evitarle el disgusto al mandatario. Dicho a toro pasado, era mejor convocar a Ballesteros ese mismo día a negociar, aunque le dorase la píldora, a permitir una manifestación incómoda, pero legítima, contra López Obrador.
Esa falta de visión y colmillo no sólo tiene costos políticos sino es lo que hace dudar sobre el futuro político del edil, quien oscila entre actuaciones pueriles e ideas como el aeropuerto. Para nadie era nuevo que Esper había perdido la batalla por llevar a Valles el aeropuerto y tan quedó demostrado, que ninguna de las instancias oficiales tenía un solo dibujo de ese proyecto ahí, como siempre se informó en Quadratín. En cambio, a partir del sábado que López Obrador se comprometió a ampliar el de Tamuín, comenzará en serio el trabajo, en un municipio que gobierna Morena, a través de Grecia Sánchez, una joven política que terminó de adorno en todo esto, pero beneficiada a final de cuentas con la decisión presidencial.
La gran pregunta, ahora, es si López Obrador le pagará el favor a Esper de alguna manera, porque le puso en bandeja de plata ir por la H20 (un concepto emanado también del gobierno de Esper, que alude a los 20 municipios de la Huasteca y al compuesto químico del agua, de la cual esa región tiene en abundancia, en sus ríos y cascadas).
Siempre se ha dicho que Esper es uno de los precandidatos a gobernador. Él solito se ha propuesto, tiene el dinero para hacerlo y es independiente, pero el grueso de los votantes no lo conoce y en Valles un gran sector de la población repudia su trabajo como gobernante y otro tanto, le aplaude su liviandad.
La duda no debe tardar en despejarse, pero por lo pronto, sea Esper el dedazo de López Obrador en Morena o no, el aeropuerto y la ampliación carretera Valles-Tamazunchale, puso al Presidente en posición de pintar de guinda la Huasteca, una tercera parte del estado. Y eso en política, cuenta mucho, aun si Esper es un incompetente.