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Trump, ¡uy que miedo!
Dicen que en la guerra y el amor todo se vale, y quienes se lo están tomando muy a pecho son el alcalde con licencia Xavier Nava Palacios y la diputada local Sonia Mendoza Díaz, unidos por la mediocridad que significaban sus candidaturas por separado, ya que si somos honestos, ninguno de los dos parece el salvador que necesita San Luis Potosí.
Nava es un político muy labioso que gastó su primer año de gobierno en montar una denuncia tras otra contra su antecesor en el cargo, Ricardo Gallardo Juárez, sin que hasta el momento haya prosperado ninguna. Nadie dice que Gallardo sea inocente, pero tampoco ha resultado culpable. Entonces, de qué sirvió emplear tanto tiempo y recursos, si los resultados no han sido los esperados.
El segundo año lo dedicó a construir su precandidatura a gobernador, en un principio, con la mira puesta en Morena, pero en ese partido no le hicieron caso y por eso terminó por arremeter a patadas contra la puerta de Palacio Nacional y le montó un berrinche al presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo el argumento de la injusta repartición de recursos públicos.
Es decir, se peleó con el mandatario mexicano, con los Gallardo y ahora con un grupo de panistas que no lo ven con buenos ojos, por sus moditos de hacer política al interior de un partido que no es el suyo, porque no tiene. Además, no usó ni un día para gobernar.
Por su lado, Sonia Mendoza se vio bastante acomodaticia con su decisión de irse a los brazos de Nava pese a tener un compromiso de años con su partido el PAN, pero sin pedir el divorcio. Ahora sí que un engaño a la vista de todos. Además no ha sido realmente exonerada de las acusaciones de Emilio Lozoya Austin, quien asegura que soltó millones de pesos a la bancada panista en el Senado, cuando ella estaba en el grupo de legisladores que discutieron y también aprobaron, la Reforma Energética del expresidente Enrique Peña Nieto.
Mendoza jura y perjura que nunca recibió un quinto, pero hasta que la Fiscalía General de la República (FGR) termine la investigación, continuará la sospecha. Si es inocente, como sostiene, entonces queda claro que no sabe vender su amor político y lo mismo le podría pasar con Nava, quien se ha significado por ser un hombre que solo vela por sus intereses.
Pero para qué ir tan lejos, si los resultados hablan por sí solos. ¿Alguien recuerda alguna herencia de Nava como alcalde y de Mendoza como diputada? Eso mismo pensamos: ninguna.
Su ventaja es que la capital potosina es una caja de resonancia estatal y por eso ambos tienen su fama, pero si se observa, su trabajo no ha hecho ninguna diferencia en San Luis. Y lo que la entidad necesita es que buenas personas y mejores políticos la gobiernen, auténticos estadistas, no un alcalde que se la pasó como plañidera con las supuestas transas de Gallardo y una diputada que adopta el papel de víctima y débil mujer, cuando casi llegó a ser gobernadora en 2015.
Hasta el momento, luego de la difícil separación Morena-Ricardo El Pollo Gallardo Cardona, el motín panista montado por Nava-Mendoza es lo más emocionante que hemos visto en las precampañas potosinas. En 20 días se conocerán los resultados de estas decisiones, cuando prácticamente estén definidos los candidatos a gobernador de los partidos involucrados en la contienda, pero el elector potosino ya tiene una idea de la clase de calañas que podrían aparecer en la boleta.