Preparativos para una amenaza llamada Trump
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Lo de “la luz al final del túnel” es una metáfora tan sobada que era casi inevitable para este monero utilizarla para explicar el punto de vista respecto a esta etapa que estamos viviendo hoy. En recientes días se declaró el estado de San Luis Potosí en semáforo amarillo para la pandemia del COVID-19, relajando un poco las medidas de precaución generales establecidas para las actividades comerciales, gubernamentales, recreativas y demás. La ampliación de los horarios para el comercio significa un gran alivio, sobre todo para el comercio que sobrevivió. Las calles llenas de negocios cerrados nos hablan de un triste panorama de baja supervivencia para las pymes. Ni que decir de los incontables fallecimientos los cuales van rozando en este momento que suscribe este monero, la bastante horrorífica cantidad de 200,000 fallecidos.
Muchas de las cosas importantes que vivíamos previas a la pandemia están empezando a regresar gradualmente lo cual nos puede dar una falsa sensación de seguridad.
Es importante que nos veamos este semáforo amarillo como un espejismo, esa luz amrilla no es el final del túnel, es nuestro deber que sigamos fuertes, valientes e inteligentes respetando todas las normas de seguridad aun cuando ya esté en vigencia este o el siguiente nivel. Al final de cuentas es nuestra responsabilidad cuidarnos y cuidar a nuestras familias, en países como Brasil se están viendo rebrotes impresionantes con una desafortunada recarga de contagios y muerte.
Aun cuando concluyamos la etapa de vacunación exitosamente, la cual todos sabemos que falta mucho para lograrlo, es imperioso hacer lo posible por mantenernos vigilantes y con las medidas que ya aprendimos y que incluso están tan arraigadas en nuestro devenir diario que, por ejemplo su amigo el monero que suscribe, ya se siente algo desnudo sin cubrebocas en la calle, y bastante incómodo si no se pone gel en todas partes que visita. En un principio fue difícil aceptar estas normas, pero lo logramos y seguimos adelante, hoy son parte de nuestra vida. Una de las medidas que con más dificultad hemos tratado de implementar en esta etapa es la de la sana distancia.
Porque el gel depende de nosotros, incluso si a donde vamos no hay, muchos ya cargamos nuestro pequeño botecito de desinfectante en aerosol o de gel, para uso personal y de nuestras familias. Tomarnos la temperatura ya no es algo del otro mundo, y el uso del cubrebocas, bueno, se ha convertido en una de las reglas de etiqueta bien vista, puesto que cada persona que muestra la mitad de su rostro en la calle, es como si llevara una sonrisa permanente, según veo yo.
Pero todavía estamos padeciendo la inconsciencia de personas que tal vez por falta de control, instinto, inteligencia o descuido se acercan a los demás sin pensar en la incomodidad que provocan. Porque está claro que estamos hablando de riesgo, y por tanto nuestros instintos empiezan a marcar una alerta creciente cuando una persona desconocida deja de guardar la distancia.
Todas estas medidas resultan ser aún importantes, pero así como hay personas que en un principio tardaron en aceptarlas, hay algunas personas que han olvidado su importancia y han dejado de implementarlas. También habrá personas que en buen número empezarán a decir que tomar estas medidas ya no es necesario y esto contraría a los científicos que han estado realizando este esfuerzo médico de prevención y remedio de un grave problema que ha unido en una desgracia a la humanidad entera.
Así que querido lector y espectador de este cartón, te digo que el mensaje para ser más claro, es que no te debes confiar y dejar de seguir las medidas, todavía falta, estamos cerca del final pero aun la humanidad requiere de tu esfuerzo. Ya lo hicimos por un año, yo creo que lo podemos hacer por un par de meses más. Se viene una etapa mucho muy difícil con la semana santa, debemos recordar la experiencia vivida, de los enfermos y fallecidos que se suscitaron por las últimas fiestas invernales y que nos llevaron al gran repunte que significó el semáforo rojo.
Es el último tramo. Sería muy triste haber sobrevivido todo este año para tropezar ya casi llegando a la meta. Resistes, persiste, sobrevive, un poco más… un poco mas.