Ironía
Gaceta Parlamentaria, Cámara de Diputados, 9 de septiembre de 2020, iniciativas. En la exposición de motivos se lee “propuesta complementaria a la iniciativa presentada por los diputados del grupo parlamentario de Morena el día 19 de mayo de 2020, nos permitimos proponer la reforma de diversas disposiciones previstas en la legislación federal a efecto de ordenar el funcionamiento de algunos fideicomisos”.
Por ordenar quieren decir desaparecer.
En la misma Gaceta Palamentaria se especifica “Se propone la extinción del Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Hidrocarburos, así como del Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Sustentabilidad Energética”.
Desaparición de fideicomisos que incipientemente han permitido la integración de capacidades nacionales en Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI, para atender necesidades energéticas en México.
Lo consumarán con su mayoría de curules.
En su profunda ignorancia y lamentable menosprecio a la CTI, los empoderados perpetran un golpe contundente al conocimiento y desarrollo tecnológico mexicano.
Este grupo parlamentario, el mismo que sigue sumiso las instrucciones de Palacio Nacional, ha hecho el andamiaje para desaparecer el financiamiento estructurado a la CTI.
Si bien se destinarán al Instituto Mexicano de Petróleo, IMP, sectorizado en SENER, el 15% de la cantidad que resulte de multiplicar los ingresos petroleros por el factor 0.0065, resulta que el resto de las capacidades estructuradas a lo largo y ancho del país serán ignominiosamente despreciadas.
Celebro que el IMP vaya a tener recursos, lamento se ignoren las capacidades instaladas en el resto de las instituciones mexicanas.
El fondo dedicado a la sustentabilidad energética ha financiado proyectos, por ejemplo, para el uso de biomasa (residuos agroindustriales, fracción orgánica sólida de residuos urbanos, y más) hacia la generación de energía eléctrica.
Universidades y Centros Públicos de Investigación, CPIs, se integraron. Se han obtenido resultados en CTI relevantes. Se ha generado conocimiento de alta calidad acompañado de títulos de patente que apropian al estado mexicano de ese conocimiento y tecnología.
Con la iniciativa de eliminación de estos fondos, México retrocede muchos decenios.
Entre otros, la producción de bioturbosina, electricidad mediante biomasa y biocombustibles sólidos se esfuman del horizonte mexicano. Al tiempo, con solo un día de diferencia entre la iniciativa, la CFE anuncia en la mañanera que va por mas inversión en generación termoeléctrica.
Así también generación fotoeléctrica, desarrollo de aerogeneradores verticales y una enorme cantidad de oportunidades se eliminan de un plumazo.
Desde CONACYT también se ignora sobre CTI.
La debacle ya que con los fideicomisos citados arriba también proponen reformar la Ley General para el Cambio Climático a fin fijar condiciones sobre el fideicomiso en la materia; no sorprendería que haya términos de su proyección, una vez más, con ignorancia y desvaloración a la CTI.
Otro más en la lista por desaparecer es el fondo minero. Esto invoca el muy alto riesgo por ausencia en la exploración, mapeo y uso de tecnología, así como conocimiento en geociencias, sobre metales del futuro. Esos requeridos para baterías de alta potencia; léase se Litio, por ejemplo.
El Li es conocido por necesario en la fabricación de baterías para autos eléctricos, pero también, ya se verá en el futuro inmediato, será requerido en el almacenamiento de electricidad de alta potencia en microredes de distribución; tendencia tecnológica mundial, por eficiente y eficaz, para la distribución de eléctrica.
México tiene Li tanto superficial como en yacimientos subterráneos; pero, no hay un inventario actualizado pues nunca ha sido tan importante como en los lustros recientes. Por ello no está en la lista de metales prioritarios para la nación.
En todos los fideicomisos añadidos a la lista de desaparición hay necesidades nacionales donde la CTI puede construir soluciones.
En este maratón gana la ignorancia supina.